viernes, 14 de mayo de 2010

Me basta con querer...

Me enamoré por unos días. Genuinamente, me enamoré desde el sábado hasta el miércoles en la madrugada. Después de todo lo que he vivido en mi vida con una cantidad respetable de hombres, aprendí  que aún hay esperanza, no todos los hombres son unos imbéciles.

Lo conocí de casualidad en uno de mis viajes a Cusco y sin pensarlo, llegó hasta mi casa, a mi cama, a mi alma.

La primera noche que llegué a Cusco salí despavorida a beberme la ciudad, luego de varios bares llegué a la disco de moda, reventaba, harto chibolo israelita, y super buenos todos, así que me sumergí en la marea judía.

Bailé como una bestia toda la noche, con uno, con otro, sin hablarnos, solo dancing, me escapé de algún patán medio melosito, hasta que la marea fue bajando, de repente, bailando yo en un muro, sentí que alguien me cogía la pierna mientras bailaba en un nivel más bajo que yo. Miré sus rizos rubios saltar de un lugar a otro y solapa, bailaba sobándome la pierna, me dio mucha risa, seguí bailando.

Y como siempre ocurre con las personas que marcan algo en mi vida, empezamos a hablarnos sin darnos cuenta, solo porque si, después de varias idas y venidas de repente ya éramos amigos, bailamos y tomamos mucho, casi no hablamos, solo nos divertimos, como si estar el uno al lado del otro fuera lo mas normal del mundo.

Lo último que faltaba en mi lista: el medio oriente, recién salido del servicio militar, recorriendo todo Sudamérica con cuatro amigos más, con ganas de comerse el mundo antes de volver a su país a continuar su vida, a estudiar, trabajar, casarse y tener hijos, el plan regular.

Nunca entendí su nombre, sólo hasta que lo vi en el facebook. No tenía yo ningún interés en él, sólo me caía bien y me hacía reir.

A cierta hora, cuando el cuerpo ya no daba más nos miramos y coincidimos, nos quitamos. Mientras caminábamos y veíamos Cusco amanecer, me abrazó, me besó, cero magia, de hecho tiramos fatal (después nos entendimos mejor, aprendió ja ja).

Me daba risa su desfachatez y su frescura, lo miré y le dije "mocoso, cuántos años crees que tengo?", "35" en su español masticado, me reí aún más y lo abracé "you are really something" nadie jamás me ha dicho ni mi edad ni mucho menos más de lo que tengo, todos, con tal de ligarte te dicen menos, además, realmente parezco de menos (sí parezco de menos, no me jodan), pero él se mandó con 35 y eso cerró la noche, días después, él no podía creer que eso fue lo que me convenció de irme a dormir con él.

Nos fuimos a su hotel porque no quería llevarlo al mío, era el primer día, de hecho que él no iba a ser el último levante, así que no podía malearme tan pronto con el que en ese momento era mi centro de operaciones laborales.

Pero llegamos a su hotel y estaba lleno de chibolos israelitas jugando winning, eso me jodió un poco, pero bueno dije veamos un poco más. Me llevó a su cuarto y me di con la sorpresa que él no dormia solo, reventé y salí despavorida del hotel "puta madre, para qué te metes con chibolos?" , él vino detrás, tratando de disculparse de mil formas, en hebreo, inglés, español, todo mezclado, como yo venía con la depre de mis últimos chotes en Lima, en un momento lo vi y me puse a llorar, claro, tenía mucho alcohol encima, pero lloré porque otra vez palpé el vacío, yo no quería otra vez el tire animal sin contenido, o sea, sorry, pero, por qué tirar con alguien a la primera implica que te traten como cualquier cosa, basta de esa mierda neanderthales.

Y claro me dirán, no jodas, así somos los hombres, cuando una flaca se va a la primera no es para tratarla con respeto, insisto: neanderthales, arcaicos, vacíos, retrógradas.

En ese momento miserable, en que palpaba una vez más la naturaleza masculina y me daba de bruces contra esa cruda y tan extendida realidad, hubo algo más, hubo ternura, hubo un ligero derretimiento de la capa de mierda que los recubre a todos ustedes machos sin contenido. Este pequeño ser, porque además de chibolo es chato, me abrazó mucho, secó mis lágrimas y se puso a la altura de la situación. Casi sin palabras nos besamos, nos abrazamos, y me sostuvo.

Sin embargo parecía demasiado bueno para ser verdad, tiramos en mi hotel y se fue, el cronograma habitual. Ok, esto es una mierda, otra vez sentí mucha bronca, pero me quedé dormida y decidí olvidar el episodio, o sea, sí, no aprendo, siempre albergo alguna esperanza y siempre me terminan cagando.

La noche siguiente terminé siendo ligada por un español que había conocido la noche anterior, pero que choteé porque me pareció rependejo, pero como al final el chibolo se comportó igual, dije "a la mierda, me divertiré, no mercy".

Fuimos a la misma disco donde conocí al israelita, el chibolo no estaba, pero sí todos sus amigos y de hecho me vieron bastante entretenida con el españolito. La historia con este pata también fue frustrante, pero esa estará en otro post, junto con una sarte de imbéciles que me rodearon en los últimos fines de semana.

Al día siguiente en la tarde encontré al chibolo en el face y me dijo que seguro nos veíamos en la disco. No le di mayor importancia, ese día sábado anduve un poco triste por los dos episodios de encuentros esporádicos que terminaban con el abandono inmediato casi compulsivo luego de una buena noche, un buen feeling, una buena química.

Aquí haré un paréntesis estratégico para explicar qué cuernos me pasaba, por esos días, la verdad es que después de 8 meses sola y de haber andado de bar en bar y hombre en hombre, la piel se me desgastó, me sentía vacía y un poco harta de las despedidas sin palabras, carajo por lo menos "gracias la pasé lindo, que tengas una buena vida" pero ni eso. Cierro paréntesis.

Asi que terminé en la misma disco de siempre, bailando sola, tomando mucha agua, sin ganas de ligarme a nadie y de que nadie me ligue, yo solo quería bailar, aléjense de mí cavernícolas.

De repente, de la nada, apareció él, el chato judío, se me acercó, me saludó y a pesar de todo reevalué, "qué bueno que retomes el contacto, que no desaparezcas como todos", me quedé un rato más bailando sola y le dije que de ahí lo buscaba, yo sentía dentro de mí que la cosa finalmente no tenía por qué ser tan dramática y decidí relajarme.

Al rato nos juntamos, bailamos toda la noche, casi no hablamos, finalmente más allá del roche de la primera noche y de que seguro se acercaba a mí porque apostaba por el polvo fijo, de verdad me sentía cómoda con él, decidi volver a leer el manual del juego y pasarla bien sin tanta neurosis.

Total, nos sentiamos muy en confianza, no teniamos que hablar nada, sólo bailar, reirnos, ni siquiera nos besamos, solo hanging around.

Nos fuimos a cierta hora, y él, fresco como siempre se trepó al taxi conmigo, pero esta vez las cosas claras "sabes qué criatura, me llega altamente el pata que viene, tira y luego se larga, no lo tolero más" se deshizo en disculpas explicándome por que se había ido aquel primer dia tan rápido.

"No quiero una novela ni una declaración de amor, sólo podemos pasarla bien un rato luego de tirar sin que salgas despavorido como un gato techero?" Entendimos cada uno nuestro argumento y me dijo que sí se quedaba conmigo, de hecho así fue, estuvimos toda la mañana juntos, viendo las fotos de sus viajes, abrazados, tiernos, casi no hubo sexo, solo fue estar juntos y eso era lo que yo necesitaba en ese momento, devoré toda esa ternura sin ningún remordimiento.

Se fue finalmente porque me dijo que tenia que ver a sus amigos, porque bla bla bla y bueno sí pues, está de viaje y la cosa con nosotros había cumplido su ciclo. Quedamos de vernos en Lima, yo tenía que seguir trabajando y él se iba a Macchu Picchu al día siguiente.

Finalmente vino a Lima y estuvo acá conmigo, nos vimos el sábado, el domingo y me buscó el martes, porque se iba a Colombia en la madrugada del miércoles, o sea quiso pasar su última noche en Lima conmigo.

Los tres días tuvimos mucho tiempo para hablar, de hecho fue lo que más hicimos, pudo percibir y entender que para mí el tema no es sólo sexo barato, es compartir algo más aunque no dure mucho, y eso me pareció genial, me explicó que le dio mucha pena verme llorar, aún a pesar de haberme conocido recién, entendió en ese momento que yo tenía un corazón, igual que él, que a él también le costaba encontrar sensibilidad en el mundo y y eso me pareció espectacular.

Me escuchó atentamente todas las veces que nos vimos, y comprendió mi forma de ver el mundo, y descubrimos que compartimos los mismos anhelos, que estamos hartos de las caretas, de las agresiones, de la lucha constante por ver quién es más fuerte, quién gana, quién lastima sin ser lastimado, y nos miramos sorprendidos de habernos encontrado.

Todo ocurrió en mi casa, porque nunca quiso salir a bailar o hacer algo, su bacilón, era en mi casa conmigo y lo que menos hicimos fue tirar.

Todo fue demasiado genial, nos comprendimos a la perfección, los días que estuvimos juntos fueron simples, bailamos, cantamos, nos embriagamos, nos hicimos el amor, nos abrazamos, nos bañamos, tomamos desayuno, nos contamos nuestras historias, nos miramos a los ojos, nos despedimos, nos volvimos a encontrar, nos extrañamos, nos deseamos, nos reimos, nos lloramos, nos abrazamos y nos fuimos.

Antes de irse, la última noche que nos vimos tenia una mirada rara, triste en realidad, yo lo presentía y él confesó que le daba pena saber que no nos íbamos a ver más.

No nos dimos cuenta de eso, no lo quisimos hacer. Yo me quedé en silencio palpando también mi pena, me abrazó por detrás apoyando su cabeza en mi espalda, yo cogí sus manos y empecé a llorar, aún lloro cuando escribo este post.

Me pueden culpar por eso? No, así que no me jodan.

Esa noche hicimos el amor como no lo habíamos hecho todas las veces, tuve mi primer orgasmo con él y luego muchos más, nos quedamos echados, extasiados, respirándonos, palpándonos, mirándonos, por última vez.

El me pedía que por favor no llorara, pero a mí las lágrimas se me salían por litros cúbicos, hasta que sus lágrimas empezaron a caer, entonces me dí cuenta que no era solo yo, que a él también todo esto lo llenó más de la cuenta.

Me dijo que fuera con él a Colombia pero yo no podía, entonces me pidió que cuando vaya a Europa este año lo visite en Israel, claro todo suena muy lindo, pero eso era todo, era el final, no tenemos chance de nada más y la verdad eso está bien, qué más puede haber entre el mocoso judío de 24 y yo, con 9 años más que él al otro lado del mundo.

Lo acompañé a su hostel a recoger sus cosas e irse con sus amigos, nos tomamos muchas fotos, nos regalamos monedas ja ja , porque no teníamos nada más que darnos de recuerdo, nadie pensó en eso.

Hoy ya no está más acá, hablamos por skype, por el face, pero la verdad ya se fue. Y el amor se guardó en algún lugar de mi ser, en algún lugar infranqueable, donde dormirá tranquilo para siempre y me recordará cada cuanto que el amor existe en cualquier forma, en cualquier momento, que dura lo que tiene que durar, luego se transforma, se reserva, para hacerte sentir vivo, para mantenerte caliente, a salvo, para hacerte caminar con una sonrisa que nadie más entiende, para iluminarte la mirada, para respirar en paz.

Sí ya sé, suelo querer fácilmente a las personas, pero no siempre es fácil encontrar a la persona que se merece tanto afecto y que te lo devuelva.

Fue maravilloso tenerlo conmigo unos días pero fue aún más especial sentir que nos entendíamos, que teníamos algo, que a pesar de lo imposible que es tener alguna vez una relación, la vida nos regaló la oportunidad de querernos, de amarnos por una horas, de vivir por un momento la felicidad de un amor incondicional, el que se despide de ti queriendo con toda el alma que tu vida sea maravillosa, con quien sea donde quiera que estés, por que sé que no vamos a estar juntos nunca, pero te amo en este momento y eso es algo que te regalo, es algo con lo que me quedo y eso, al parecer, es suficiente.

Abrazarte, mirarte a los ojos y decirte te amo, con todo el corazón y recibir lo mismo de ti durante una horas fue perfectamente posible, porque no necesitas amar a alguien toda una vida para decir que el amor es real, porque no necesitas conocer a una persona toda una vida para amarla.

Ahora te fuiste a seguir viajando, y en unos meses volverás a tu país, tan extremadamente lejos del mío, con la esperanza de que tal vez algún día, nos podamos ver de nuevo y amarnos unas horas más.

Gracias por todo lo que me has dado, por hacerme saber que no soy la única ilusa, el amor existe, en cualquier momento, en cualquier lugar y yo tengo tanto amor hoy que me siento bendecida.

See you around kid, and take care.