jueves, 29 de octubre de 2009

El back up (y el rollo cuando no quiere salir de tu cama)


El back up tiene una funcion importantísima en el proceso de soledad que una emprende.

Cuando acabas una relación larga, tortuosa, que te devuelve al mundo más o menos regurgitada, con la autoestima por los suelos, pocas ganas de mirarte al espejo, pánico a la habitación vacía y a qué vas a hacer ahora los fines de semana o con quién vas a tirar, el back up es estratégico, es el bote que te saca a la orilla.

Son esos bracitos calientes e incondicionales que te reconfortarán en el proceso de recomposición de tus partecitas diseminadas. Bueno no son tan incondicionales no? pero no te piden nada del otro jueves.

Este tío aparece en un momento crucial, puede ser un tire del pasado o el que siempre quiso contigo y estuvo dispuesto a dar su brazo derecho o el huevo izquierdo con tal de oler siquiera tu cabello recién lavado, y tú obviamente en tu época de diosa del olimpo te dignabas a hacerle saber con cariño que "no querido, te veo como a un buen amigo".

Puede ser también y eso es más rico, el amigo de tu ex que siempre quiso algo contigo y que tú alguna vez le plantaste una mirada lasciva, pero por premura, lógica y tal vez una pizca de decencia, dejaste pasar. Este back up es uno de los más riesgosos, pero qué chucha en tiempo de guerra todo hueco es trinchera.

O lo conociste en alguno de los antros que empezaste a visitar compulsivamente con quien fuera con tal de no pasar los fines de semana sola en tu jato llorando tus miserias.

O en el gimnasio, el pata que siempre te miraba y que tú alucinabas almorzártelo con todo y pesas, pero que preferías dejar en fantasía, por un pacato e hipócrita respeto a tu pareja de turno, con quien según tú ibas a durar como mierda y eras extremadamente feliz (eso sí es completamente autorreferencial).

De hecho el back up lo puedes conocer en el micro, en el supermercado, te lo presenta una amiga ya experta en estas lides de las rupturas, o hasta tu vieja que encontró al hijo de la amiga que "seguro hijita te diviertes es un buen chico" y claro tú chapas no más, porque en este tiempo de vulnerabilidad todo sirve.

El asunto aquí es que tienes que entrar con este pata con las cosas claras, de hecho si el pata es lindo tierno y en otra época hubiera sido un super buen partido, la verdad es que con las heridas que te cargas no estás preparada para otra relación, la ilusión que eventualmente puedas sentir es absolutamente falsa, es una pepa que te metes para mitigar el dolor, ni cagando te vas a templar de este pata y es algo que debes tener claro, pero que debe tener claro principalmente él.

Entonces, si manejas bien el rollo, el back up es una experiencia linda, que te mantiene a flote, en el mejor de los escenarios te permite tener buen sexo, te ayuda a recuperar la confianza en ti misma, te acompaña en tus momentos de bajón, te engríe por ratos, y sabes que cuando no tengas nada que hacer el sábado porque tu mancha te colgó, este pata estará allí dispuesto a salir contigo con tal de tener un buen polvo.

Con el back up te das el lujo de experimentar cosas que con otros vas a querer poner en práctica como toda una experta, o sea también puede ser tu sparring.

A él le vomitas todo el rollo con el ex, te quejas, chillas, lloras, pataleas y buscas compulsivamente satisfacer tu vanidad pisoteada "reina, cómo ese huevón pudo tratarte así", "no sabe lo que se pierde", "es que no concibo a alguien que no pueda estar enamoradísimo de ti" y un míllón de pepas de este tipo que tu engulles sin mayor sentimiento de culpa, y que manipulas a tu antojo con tus mejores performances.

Es como el helado que te comes salvajemente después de una temporada de dieta, lo saboreas, lo disfrutas sin miramientos, sin raciocinio, sin morales cojudas, porque como no pretendes más con el que un acompañamiento terapéutico, no tienes que hacerte la modosita ni la lady, con este buen hombre te das el gusto de disfrutar plenamente todo sin preocuparte como te veas, qué tan ruca te veas, es como sentarte a comer calata a la mesa, todo es muy libre, sin poses ni falsas posturas.

Y así todo puede ser maravilloso, el problema es cuando este señor, no entiende las reglas del juego, no le queda claro cuál es su función en tu vida, que como digo, debiste dejar sentado desde un principio, porque ojo tampoco te puedes pasar de pendeja, ser ruca no implica ser perra: "estoy saliendo de algo, no me puedo enganchar, así que no te estoy prometiendo nada" es la frase clave, honesta y que luego te dejará libre de culpas y responsabilidades.

Pero qué pasa cuando el tío en cuestión te dice "Si claro, todo bien, yo entiendo" mientras está encima tuyo banqueteándose,  pero cuando se baja de la faena, extasiado y feliz de tenerte, de al fin encontrar a la chica linda, adorable, que tira rico y es re inteligente, y super sexy y se ríe mucho, pero sobretodo, es la damisela vulnerable a la que él, caballero con armadura viene a rescatar, entonces todo se va a la mierda, situación que se potencia si es que el viene de otra decepción.

El riesgo de tener un back up que no tiene las cosas claras, es que en un momento del viaje llega a confundir la travesia pasajera, ligera, divertida y espontánea, con una especie de viaje con cronograma, ruta y destino final.

Algunos dirán por qué no te quedas con él, simple, las cosas con el fluyen bien porque son eventuales, porque la rutina no mata la relación, siempre te espera con los brazos abiertos, los oídos también y el asta levantada, no hay pierde, un encuentro con él siempre te mantiene a flote.

Además, seamos honestas, al back up siempre le falta algo, ese algo que lo convierte en atractivo pero no irresistible, nos gusta pero no nos mata, por eso no representa ningún riesgo y todo lo tenemos bajo control.

Entonces, cuando tú ya fuiste reconstruida y ya estás lista para entrar a la cancha de nuevo, cuando ya le pescaste el gustito a ser deseada por muchos y saboreada por pocos (bueno eso es relativo), cuando recuperas tu estatus de diosa y decides salir literalmente a matar, este buen hombre, este caballero andante de buen corazón y eventualmente buenas dimensiones físicas, se quita el condón y se pone el pijama de franela y las pantuflas y ya no es más el latin lover con el cuerpo aceitado que satisface tus fantasías más retorcidas, ahora es casi casi un ama de casa pidiendo atención, afecto, comprensión y todas esas cojudeces que solemos pedir las mujeres cuando estamos enamoradas. Bajón total, matapasiones efectivazo.

Algunas, un poco más culposas, pueden correr el riesgo de no saber poner un freno y tontamente se enganchan en su manipulación, sienten que no pueden ser tan mierdas, que le deben algo, finalmente te sacó a la orilla y además "¿qué pasa si no encuentro a nadie más?", de hecho hasta se confunden y piensan que se templaron, entonces así acaban de nuevo en una relación que de entrada saben que sera desastrosa (varios de mis novios fueron  back ups que no supe mantener a raya y ya mas o menos chequean como me fue).

Otras por el contrario sacamos a relucir nuestro lado más pérfido, a la perra que todas llevamos dentro, y de una patada no más lo choteamos (se aprende en la vida), aunque una fucking vocecita interior te dice: "cuidado que la vida da vueltas", si carajo da vueltas y ahora me toca estar arriba, así que a la mierda todo el mundo, es mi turno.

Así, sin más ni más, de damisela en rescate pasamos a ser la perra desgraciada, y ya saben como funciona esto del marketing boca a boca, una pequeña legión de potenciales seguidores te colocará en la lista de las descartables.

El problema es que por más directa que seas, él no termina de comprenderlo o de manejarlo, te cuesta retomar el vínculo, cualquiera que sea, o sea ya no puedes ser su amiga ni tenerlo como tercera o cuarta opción porque siempre confundirá las cosas.

Perdemos al back up en cuestion y nos jodera si la química con el pata era buena, si había buen sexo con su ligera cuota de engreimiento post sesión amatoria, y mejor si tenía plata y nos llevaba a todos lados, otra vez a reventarte la mitad del presupuesto en juergas.

Ni modo, nada es gratis en esta vida, estamos nuevamente en la orilla, vivitas y coleando, con las pilas recargadas y entrenadazas para no caer en las manos de  ningun patán, ya sabemos que por el momento andamos con ganas de recuperar el tiempo perdido y con el corazón bien endurecido como para no caer con algun otro galifardo, no por el momento.

Despídete de tu acompañante de turno, dale las gracias, deséale lo mejor, si puedes tirátelo como nunca, como una manera de retribuirle tanto cariño, persignate, entra a la cancha y buscate otro back up.

jueves, 15 de octubre de 2009

Good fellas

Al cabo de tanto tiempo, después de tanto camino, tengo la alforja llena de cosas maravillosas, mis amigos ocupan un espacio importante de ella.

Sin darme cuenta, aquella loca con la que alguna vez empecé a rajar de alguien en el salón de clase, o el pendejo que quería levantarse a todas, incluida yo, de repente desarrollaron conmigo una afinidad caleta, solapada, que con el tiempo fue creciendo y se convirtió en la amistad que hoy nos hace estar cerca y reunirnos casi con una especie de cronograma, porque "negra, tenemos que vernos pronto", con esta necesidad de juntarnos cada cierto tiempo, de ponernos al día de nuestras vidas, de vernos las caras, darnos un abrazo, obvio tomarnos una chelas y reirnos de nosotros mismos.

Mis amigos son diversos, diferentes, a veces diametralmente opuestos unos de otros, es más algunos de ellos no se podrían juntar jamás, porque sus personalidades son bastante disímiles, sin embargo siempre hay un punto en común, algo en lo que todos confluyen, son esencialmente libres, abiertos al mundo, a la vida, con neuras de todo tipo, una más compleja que la otra, pero llenos, plenos de vida. Eso es lo que más me acerca a ellos.

La vez pasada hablaba con mi vieja, y ella me decía que cuando yo era niña (hace muy poco por cierto), la relación con mis amigos era algo sumamente importante, algo vital para mí, un mundo que yo inventé con gente de verdad para habitar en él todas las tardes de verano, verlos era parte obligada de mi rutina, lo central de mi día.

Mucha de la gente de esa época la perdí, de hecho ninguno de los amigos que tengo ahora pertenece a ese tiempo, pero desde niña dejé claro que mis patas eran parte importante de mi mundo, mi familia putativa (muchos hacen honor a la fonología inicial de la palabra j aja a), entiendo que sin ellos mi vida estaría incompleta.

Ahora que vivo sola y que ando sola, es decir, sin pareja, camino con ellos más que nunca, su presencia me hace la vida más placentera.

De hecho cuando seamos tíos, abriré una especie de asilo disco donde recibiré a todos mis amigos solterones y juergueros como yo, para cuidar muchos perros y gatos, jugar dominó y acompañarnos el resto de nuestras vidas con harto vino, pisco, ron y algunas pepas para combatir el alzheimer y no mearnos unos a otros.

Celebro la amistad que tengo con mis patas, mis amigos del alma, que encontré en cada una de las etapas de mi vida, y sin darse cuenta emprendieron conmigo este camino raro, intrincado, sorpresivo, carpichoso que recorro con tanto placer, ustedes son mis compañeros de viaje.

Los quiero muchísimo, son una parte importante de mi alocada existencia, bendecida de tenerlos, aunque ustedes pastrulos, no entiendan, no sepan, la dimensión de mi cariño, me importa poco, con que yo lo sepa me basta.

Los siguientes post serán sobre ustedes, una especie de mini homenaje y demostración de mi cariño, para que vean que no sólo los recuerdo cuando quiero chupar, sino también cuando estoy chupando con alguien, me cuelgo un rato y brindo con ustedes a la distancia. Ya ven cómo los quiero?

P.D.: No se preocupen que cada post será sometido a su escrutinio, para ver si quieren que sea publicado así o no, miren que les conozco muchas miserias, muchas de las cuales explican por qué somos amigos, de hecho son un paso obligado en el relato, pero bueno, si se me hacen los estrechos y modositos tendré que respetarlo.