viernes, 29 de junio de 2012

Tiempo de prueba

Lo más lejos que he  llegado con alguien desde que acabé mi última relación formal hacé más de tres años, es este tiempo de prueba.

El y yo, luego de algunas negociaciones decidimos firmar un pre contrato, un acuerdo mutuo de pasar a una siguiente fase, después del tire sin compromiso, llegó esta nueva fase en que no somos pareja oficialmente, en nuestros tiempos eso significa que no aparecemos en nuestros respectivos facebook con la cursi frasesita "tiene una relación con..."

No, no tenemos una relación formal, como se le conoce convencionalmente, estamos en este tiempo de conocernos, con la clara intención de ver si vale la pena seguir o abortar la misión.

Esa negociación me hizo escuchar finalmente algo revelador de mi propia voz, estoy buscando algo en la vida, no sé si sea con él, pero ya sé más o menos cómo quiero que sea.

Su rollo "no sé si estoy listo para comprometerme con alguien" casi me hace botarlo de mi cama al siguiente segundo, tirar sus cosas por la ventana y no verlo más. De hecho le dije, "si no estás listo para avanzar, acá lo dejamos, polvos tengo un millón, yo quiero una relación y quiero apostar por ella, si no estás listo, no eres candidato".

El silencio siguió a ese intercambio, un abrazo fuerte, un beso en mi hombro desnudo, me hizo entender que allí había algo más. "Tengo miedo a la patada en el culo" fue su siguiente argumento. Entonces comenzó mi disertación.

En estos tres años que llevo conociendo infinidad de hombres, después del judío, no encontré a nadie más con quien sentir que las cosas fluyeran de una manera tan simple, tú tienes esa parte lúdica que a mí me hace falta, quiero alguien con quien reir, con quien brincar entre nubes, porque no necesito alguien que me ordene, me sostenga o me ayude a alcanzar mis metas, eso yo lo hago sola, yo quiero una pareja de baile, un cómplice para hacer travesuras, un buen amante, un compañero de juerga bohemia, un soñador que me meta en sus sueños, y tú eres todo eso. No creo en el matrimonio, no quiero tener hijos, probablemente nunca quiera vivir contigo, no quiero verte todos los días de la semana, no quiero que te adueñes de un lado de mi cama, ni que compartamos los gastos, quiero viajar contigo, escaparnos un fin de semana, que aparezcas en mi casa de sorpresa con una botella de vino un martes, quiero cocinar un viernes por la noche y comer sentados en mi alfombra viendo tus videos de musica favoritos, quiero que te vayas de mi casa, sin saber cuando vas a volver, sólo no te demores mucho en volver, quiero una relación donde todo sea siempre una sorpresa, pero quiero tener la certeza de que allí estás, de quién eres.
Si con toda esa inestructura podemos ser leales, honestos y llegar a amarnos como a nada en este mundo, tú eres la persona que estoy buscando, matemática y emocionalmente tú engranas conmigo y movemos este carruaje alegórico que somos cuando estamos juntos.

No sé si lo logremos, no sé a dónde lleguemos con todo esto, sólo sé que en este momento viéndote a la cara desnudo en mi cama frente a mí, tú eres lo más cercano que he tenido a hacer realidad mi bizarro sueño de una relación amorosa de otro planeta. En este momento no te pido nada, no te prometo nada, sólo sé que si decidimos apostar por esto, tenemos mucho que ganar y poco que perder.

Quieres caminar conmigo un trecho más del camino?

O sea, estamos a prueba? preguntó él. Sí, es un tiempo de prueba.