martes, 29 de septiembre de 2009

Milagros inesperados

Sé que no debo, sé que me estoy dejando rebalsar y eso es peligroso, pero estoy embriagada, sacada otra vez de la realidad y transportada a esos momentos sublimes en que estuvimos juntos. Siempre he dicho que no repetiría ninguna etapa de mi vida, ahora sé que esa es la única a la que volvería.

Te conozco desde los 12 años, tú tenías 18, me acuerdo claramente que desde el primer momento en que te vi, con la inocencia en la piel, no pude dejar de mirarte, no pude dejar de perderme en tus ojos, en tus inmensos, tiernos y serenos ojos.

Y claro, todo el mundo decía que eras muy grande para mí, que eso era imposible, pero fue posible, tú y yo nos enamoramos, nos enamoramos profundamente, nos enamoramos con mucha inocencia, yo casi podría decir que nos enamoramos hasta el día de hoy.

Pasábamos muchas tardes conversando, sólo hacíamos eso, en el verano, sentados en el muro de tu casa, mientras todo el mundo alrededor nuestro simplemente revoloteaba, y giraba frenéticamente, caóticamente, tú y yo sólo hablábamos, nos mirábamos, en una burbuja en que la sólo se escuchaba tu voz y la mia, hoy no puedo creer que me hayas dicho que yo era tu mundo, tú eras mi universo.

Y yo inocentemente, no podía siquiera sospechar que te gustara, pensaba que hablabas conmigo porque eras buena gente, porque eras lindo con todo el mundo, cuando finalmente decidiste decirme que querías que fuera tu enamorada yo no lo podía creer.

"Quieres estar conmigo?", me acuerdo que sonaba la canción de Ricardo Montaner "Tan enamorados" y sólo por eso es la única canción de ese pelmazo que aún hoy escucho con ternura, sentados en tu sala, solos, lejos de todo el bullicio, de toda la sarta de pirañas que eran nuestros amigos, la cuadra, sentados en tu sofá, una tarde de verano, "¿quieres estar conmigo?", yo salí disparada, j aj aja, no puedo creer que saliera disparada, corriendo, asustada, porque tú, mi ídolo, mi amor platónico, te convertías en realidad, y me querías.

Luego de negociaciones con tu hermana, entendí que sí podía ser, que sí podía ser que me quisieras, que yo podía ser querida por alguien tan especial como tú, yo, la insignificante, la que no tenía nada en el mundo, podía ser querida por el ser más maravilloso que me podía cruzar en el camino.

Volví a tu casa al atardecer, con la cabeza agachada por la vergüenza, nos dejaron solos y finalmente te dije que si. Nunca me besaste, porque sabías que nadie me habia besado, creo que nunca me cogiste la mano ni me abrazaste, lo único que cambió en nuestra dinámica era que ahora al conversar sentados en tu muro, yo era tu enamorada, tú eras mi enamorado, sólo tú y yo lo sabiamos y eso era lo único que me importaba. Yo caminaba entre nubes con el secreto en la frente, en las manos, en la mirada, yo era tu novia, tu noviecita de 12 años y eso nadie me lo podía quitar.

Pero mi fragilidad, mi gran fragilidad, no podía sostener tanto tiempo semejante situación, la noticia se me salía de la boca y se lo conté a la persona menos indicada en el mundo, mi mamá se enteró y claro pues, nadie podía saber lo especial que era todo, para el resto del mundo simplemente era aberrante, así que fui obligada a devolver el regalo, el precioso regalo que tú me habías dado, te lo tuve que regresar porque no estaba bien aceptarlo.

Con el dolor de mi corazón, con mis lágrimas inocentes tuve que decirte adiós, no encontré dentro de mí las palabras correctas, yo quería decirte que te amaba, yo debí decirte que probablemente aun con mis 12 años, nunca en mi vida iba a amar de la misma manera, yo debí decirte que sabía que no podía dejarte ir, que seguro me arrepentiría toda la vida, que seguro me dolería mucho no volverte a ver, que seguro 20 años después iba a seguir arrepintiéndome de haberte dejado ir, pero no sabía cómo hacerlo, no podía saberlo.

Sólo te dije adiós y ahora sé que a ti también te dolió, que aunque parecías robusto, grande, sereno, en el fondo te dolió perder a tu compañera de muro, a aquella por la cual valía la pena salir a mirar el mundo dar vueltas, aquella a la cual esperabas todos los días en la puerta de tu casa, llegar con su bicicleta, con el short, las zapatillas y la cara lavada, con la inocencia y la emoción de que por fin son las cuatro de la tarde, otra vez te voy a ver,  y nos darán las 9 de la noche y parecerá que el tiempo no pasó, que la tarde no nos fue suficiente, que el tiempo nunca fue suficiente.

Después de eso, nunca intentaste volver, qué pasó? no lo sé, supongo que entraste en razón, supongo que entendiste que en el fondo eso no podía pasar, que iba a ser muy complicado o tal vez fue tu inmenso orgullo, más grande que tu cariño. Y luego te fuiste a vivir a otro país.

Alguna vez me llamaste por teléfono, no podía conversar bien porque no estaba sola, de nuevo me faltaron las palabras, el valor para decirte: "regresa, ven por mí, llévame contigo", aquella vez hablamos de cualquier cosa, como en tu muro, pero sabíamos que a lo mejor no ibamos a volver a hablar, esa era la diferencia, teníamos la premura de decir algo, pero como siempre tú y yo callamos.

Apareciste cinco años despúes, cuando yo había acabado el colegio, tenía 17 años, mi vida era un torbellino, lleno de dudas, de confusiones, yo andaba en una eterna búsqueda de respuestas, buscando en todos, lo que alguna vez tuve contigo, pero siempre con las manos vacías, con el hueco en el estómago, siempre con la mirada dolida, con la lágrima a punto de caer.

Te vi de nuevo, más grande, más adulto, más distante, yo no esperaba que me hablaras, imaginaba que tú no sentías nada por mí, hoy mirando atrás recién leo tus señales, recién entiendo tu timidez, recién entiendo porqué siempre estabas metido en todo el tumulto de gente con tal de estar cerca de mí, tú me mirabas en silencio a través de toda esa gente a nuestro alrededor, tú y y nos mirábamos y nos escuchábamos, a través de todo ese ruido molesto.

Finalmente me dijiste, "vámonos, vámonos solos a conversar, a comer, a estar juntos", y no nos importó nada, no miramos atrás, no miramos a nadie, sólo nos fuimos, tú manejabas y yo miraba hacia afuera, como si no creyera que eso estuviera pasando, como si esperase que al ver las calles pasar, al atravesar el espacio, entráramos en esa dimensión donde sólo tú yo habitábamos.

Fuimos a un restaurante lindo, en ese tiempo el más caro de Lima, pediste la mejor mesa, la más bonita, la más romántica y yo siempre con la cabeza abajo, como si tuviera miedo o vergüenza de estar contigo siendo tratada como una reina, cuando eso no era ni remotamente lo usual. No pude comer, casi dejé todo, no podía pasar bocado de los nervios, sólo tomaba piñas coladas, creo que fueron cinco, pero ni siquiera me embriagué, mi cuerpo estaba suspendido.

Pasamos muchas cosas, hicimos muchas cosas, paseamos, conversamos, lloré, lloré mucho contigo, vimos el mar, e hicimos el amor, hice el amor contigo como si fuera la primera vez, con temor, con verguenza, con amor. Lo nuestro no era sexual, lo nuestro era sublime, era casi espiritual.

Y luego de varios días de andar en nuestra burbuja, llegó lo que tanto temía que llegara. Recuerdo mucho la última conversación frente al mar de noche, en que lloré mucho porque al día siguiente te ibas, volvías a tu vida y yo a la mía.

Y fuiste muy duro, pero real: "No te puedo prometer que voy a volver por tí, no sé qué va a pasar", yo sabía que no podía esperar que volvieras, yo sabía que después de esa noche no iba a pasar nada más, para nosotros ese era el final.

Lloré con resignación, con impotencia, con frustración, otra vez te perdía, otra vez tenía que devolver el regalo, yo había hecho el amor contigo, pero era una niña, y no entendía por qué no me podía quedar el único regalo que la vida me había dado y que yo apreciaba tanto. Una vez más mi fragilidad era sacudida.

Al día siguiente, una de esas burlas del destino, nos hizo separarnos y despedirnos de la peor manera, no nos merecíamos ese final, tú me llamaste para vernos y yo había salido a buscar a una amiga para llorar con ella tu partida, regresé corriendo a contestar la llamada, pero ya habías colgado, luego me viste en la calle conversando con alguien y tal vez pensaste que ya estabas siendo reemplazado, era lo obvio luego de todo lo que habías escuchado de mí.

Te vi pasar, serio, molesto, ni me miraste, estaba toda tu familia en el carro y te fuiste. Ese día estuve en la playa con mi mejor amiga, tratando ella de que me caliente el sol, no me calentaba nada, sólo lloraba y me abrazaba a ella, mirando el mar, una vez más sentía el abandono. En la tarde, volví y te mandé llamar, no podía ser que te fueras así, yo con 17 intenté arreglar la situación que tú con 23 habías preferido dejar así, pero para mí ya era demasiado que te fueras como para permitir que lo hicieras molesto, no logré mucho, pero por lo menos pudiste sentir que yo te quería aunque no te lo dijera, aunque una vez más callara.

Seguí mi vida, ingresé a la universidad, recuperé el aliento. Cuando tenía 19 años salí un día a parrandear, con unas amigas, nunca iba a miraflores, prefería barranco, pero a pedido del público fuimos y me encontré con un amigo en común, lo abracé, hacía tanto tiempo que no lo veía, le pregunté por la gente, "¿cómo están todos?", "bien, todo bien", "y, qué es de Él?" pregunté tímidamente, casí presintiendo la respuesta, "Está acá, hemos salido con él " mi cuerpo entero celebró la notica, "ha venido con su esposa" y mi amigo me cogió del hombro, sabiendo lo que eso significaba para mí, otra vez sin aliento, otra vez petrificada, me despedí, y salí de miraflores, para no tener que cruzarme contigo, porque eso no lo iba a poder soportar.

No volví a saber de ti, hasta hoy, 14 años después.

No puedo creer que esta historia siguiera viva, no puedo creer que me hayas encontrado, que me hayas estado buscando tanto tiempo. Justo hacía unos días pensaba en tí, como si presintiera algo, de casualidad encontré un mail tuyo refundido en un correo que nunca reviso, y allí estaba, parecía una broma, una joda de alguno de los payasos que siempre nos rodeaban.

Te agregué al msg con temor, con la esperanza de que seas tú, pero con miedo de frustrarme una vez más y allí estabas. Ayer escuché tu voz luego de 16 años, la reconocí inmediatamente. Pero claro el teléfono es un medio muy directo como para que tú, el reservado por excelencia, me contaras todo lo que me has dicho por el chat.

Ahora me parece increible que hayas estado buscándome, que siempre tuvieras la esperanza de verme pasar por tu calle, que aquella vez que estuviste acá conmigo ya hubieras estado comprometido con quien luego fue tu esposa, que yo sea esa tentación a la que no puedes negarte, que yo sea esa persona especial en la que nunca dejaste de pensar, que tal vez ya no estás enamorado como yo, porque te partieron el corazón en mil pedazos, pero que si tal vez hubieras sido menos orgulloso, menos cerrado, menos parco, nuestra historia hubiera sido diferente, demasiados "hubiera", demasiados "tal vez".

Hoy estás casado nuevamente con una persona a la que sé por ti mismo que quieres mucho pero no amas, porque tu corazón está dañado, con una gran cicatriz.

Pero siento que así como yo, guardaste un espacio para nosotros, un espacio inmune al dolor, al olvido, siento que aún estás ahí conmigo sentado en ese muro, viendo la vida pasar, sin tocarnos, porque no lo necesitábamos, solo necesitábamos estar cerca el uno del otro.

Desde ayer sólo sonrío, desde ayer floto otra vez en el aire, y hoy escribiendo esto, he llorado, he reido, he recordado, he vuelto a amar.

No sé qué pase con nosotros, no sé a dónde va nuestra historia, lo que sé es que esta historia no ha acabado, aun faltan páginas por escribir.

Tú y yo nos debemos tanto, la vida nos debe tanto, no me importa cómo, en qué circunstancias, sólo espero el momento de estar otra vez frente a tí, de acurrucarme en ti, de echarme a tu lado, y mirarte serenamente por todos estos años que no te veo.

Tu nombre se sale de mi boca, casi como si mencionarlo fuera una celebracion.

Yo acabé hace poco una relación, ahora entiendo que no podía amar a nadie más como te he amado a ti toda mi vida, tal vez nunca estemos juntos, pero sé que tengo amor acá adentro, que tengo este amor que te pertenece y eso me hace feliz, ya sé qué es lo que quiero en la vida, ya sé cuál es mi parámetro, si no te tengo no importa, me basta con saber que no tengo que seguir buscando, que lo que buscaba ya lo encontré hace tiempo.

Con eso puedo disfrutar la vida en paz. Te debo un te amo, y lo guardo para la próxima vez que te vea.


domingo, 27 de septiembre de 2009

Abierta a la experiencia


La vez pasada estaba en Arequipa por chamba, luego de varios días de arduo trabajo y de dormir porquísimo, lo lógico era que me fuera a chupar.

Usualmente nunca he tenido problemas para salir a tomar sola a algún bar o discoteca, pero ahora a los 32, me ha venido cierto reparo, no sé si es porque he estado mucho tiempo fuera del ruedo o porque con la edad se adquieren o recuperan ciertos límites o parámetros sociales, sobretodo asociados al género. En otras palabras creo que me estoy volviendo más recatadita.....mmmm.... por lo menos en algunos aspectos.

Igual la lucho, así que vencí mis temores cojudos y me mandé no más a conocer la movida arequipeña de noche, hice algunas pesquisas con los expertos en Lima, a ver qué huarique era el más recomendable. Con una incipiente guía turística, plasmada en la servilleta que tenía a la mano cuando hablaba por el msg con los expertos en cuestión, empecé a hacer el reconocimiento del terreno.

Chapé mi taxi, señor, a San Francisco, queda lejos? (Craso error, tú sube no más y no preguntes, me cobró el doble). Empecé a recorrer la cuadrita esa por la cual pasé tantas veces durante el día y nunca vislumbré semejante juergón.

Definitivamente no es Cusco, pero hay lugares muy monos, no recuerdo nombres y tampoco pretendo que el post sea una guía nocturna que use alguien como referencia la próxima vez que vaya a esta ciudad, pero sí recuerdo claramente la experiencia y es eso lo que voy a relatar.

Para empezar los gorilas de las entradas son unos chuscos de mierda, te cobran para entrar a cualquiera de los huariques no importa si estás con tres turistas con sus caras de que recién salen a juerguear en sus vidas, y sólo pretendes dar una miradita a ver si te ubicas o no en el antro, no importa lo que les digas ni la cara que les pongas, cero cuidado al turista, en fin.

Los arequipeños en general son recontra acomplejados, sorry si ofendo a alguien, pero tienen una gran necesidad de parecerse a Lima aunque con unos diez años de retraso, no hay nada peor que ir a una disco parecida a Vocé (lo que ya es patético de por sí) pero con canciones de Natusha o algo similar, eso me bajó las revoluciones en una, así que tuve que aplicar doble dosis de alcohol para poder divertirme mejor.

Bueno empecé mi noche en un bar que no recuerdo como se llama, pero se parece mucho al fridays, pedí mi margarita de rigor y algo para comer y me senté en una estratégica mesa que me permitía ver los dos televisores, uno con fútbol europeo y el otro con fashion tv, dos aficiones cubiertas por ambos frentes (esa figura me gustaría mucho para otros planos de mi vida).

Como siempre un huevo de patas sentados en sus mesas, ya sea solos o con flacas, mirando mi mesa entre extrañados, cohibidos, frustrados, reprimidos, o sea con ganas pero aguantados, y algunos con una miradita pícara: "perrita a la vista, ésta viene por sexo".

O sea, o no hay capacidad para acercarse y decir, tomamos algo?", o el prejuicio de por medio, si viene a un bar sola está buscando que se la levanten.

No sé por qué tiene algo de malo que alguien busque ser levantada, aunque en mi caso yo alterno entre esta figura y levantar, es redivertido. Sin embargo ésta no era la ocasión, sólo salí a conocer gente, a conversar con alguien y ya.

Ahora, tampoco es que yo sea una mamacita irresistible, no es eso, pero de hecho ver a una flaca medianamente atractiva y sola en una mesa, siempre puede ser tentador y al mismo tiempo generar cierto temor, creo que en el fondo esa es una de las cosas que me jode de salir sola.

Lo hago porque quiero conocer gente, divertirme un rato y tener experiencias de todo tipo, vuelvo a repetir, no siempre busco levantarme a alguien o ser levantada, también busco una buena conversa, un baile desenfrenado, reirme mucho, pero se hace difícil, porque la gente se cohibe y entonces una tiene que hacer el movimiento.

Así que establecí mi rutina, me dediqué un rato a estar conmigo misma, mi trago y las alitas a la barbacoa, viendo un poco de fútbol y moda, mensajeando a la gente en lima, a ver en qué andaban y luego me disponía a ir a la disco en el primer piso para ver a quién conocía, con quién hacía la noche.

De repente el bar se empezó a abarrotar, la gente estaba casi agolpada en las ventanas y las puertas viendo qué mesa se desocupaba y lanzarse encima, qué tal negocio, el alcohol nunca falla. Claro y yo sola en una mesa con tres espacios vacíos y con toda la paciencia del mundo, sorry pero la estaba pasando bien allí, no me pensaba mover.

Hasta que se me acercó una gringa, australiana, una señora de unos cincuenta y tantos, con un señor, su esposo, de unos casi 60 y un pata más joven, inglés él, que más parecía español.

La tía no hablaba ni pizca de español, pero me dijo para compartir la mesa, a mí me pareció mostro, porque así finalmente conocía a alguien y me divertía un rato.

Los tres se depositaron y empezó mi noche. Los dos esposos viajaban juntos por primera vez, conocieron al inglés en la tarde y decidieron juntarse.

A ella le dicen Peta, su nombre es Perpetua, una historia con unas monjas que ayudaron a la mamá a dar a luz, no sé porqué pensé en alguna escena de Braveheart, los turistas europeos siempre me dan la sensación de que viven en unas cabañas en el bosque y se la pasan cortando leña, así como ellos nos creen a nosotros, pastando llamas.

Bueno en fin, el tío se llama Ian, y su inglés era bastante duro, con ella me entendía mejor, me defiendo bastante bien con el inglés, pero hay muchos vacíos gramaticales y de léxico, nada más complicado que hablar en inglés ebria, debo haber dicho una sarta de sandeces, como sea nos entendimos finalmente.

Por qué quiero hablar de estos tíos? Porque ha sido una excelente experiencia en mi alocada vida bohemia, algo distinto y super especial, ellos son una pareja adorable, les encanta depeche mode, inxs evidentemente, the cure, the smiths, the pixies y más, por ellos nos pusimos a bailar en el bar mientras todo el mundo nos miraba como bichos raros, se divertían plenamente con su casi 60 años de edad, y estaban enamorados, de ellos mismos, de la vida en general.


Ella suele viajar mucho, él más bien se quedaba en su casita y salió de viaje esta vez porque le gustó la idea de conocer sudamérica. Tienen un hijo de 26 años, que debe ser un cuero por cierto, lástima que no viajó con ellos, el punto es que están en ese momento de la vida de pareja en que recuperan el tiempo para sí mismos y lo aprovechan al máximo, con una gran apertura a conocer, a perderse entre la gente, a confundirse entre la multitud y dejarse llevar por lo que venga, disfrutaban la conversación, la música, la compañía, de una manera intensa, they are exactly my favorite kind of people.

El inglés era buena gente, medio huevón como todo inglés que se respete, aunque divertido contra todo pronóstico, tenía una fijación con Robert de Niro, se le parece un poco porque tiene ascendencia italiana, hablamos en general de un huevo de cosas, que para variar no recuerdo, porque como siempre el alcohol hizo mella en mi memoria, y solo recuerdo las sensaciones, que al final, es lo que más me importa.

Luego de varios pisco sour, margaritas y cusqueñas, bailes con depeche, the cure y una excelente improvisada coreografía de under pressure en concierto, decidimos que debíamos continuarla, así que se unieron a mi tour de servilleta y fuimos a sapear algunas discos, quedamos finalmente en las que nos parecía más ochentera y la seguimos un rato más con michael y the killers.

Ya era un poco tarde, intercambiamos mails con los tíos, con la esperanza de encontrarnos en Lima, al cierre de esta edición, eso no ha pasado, de hecho no les escribí aún, quedé de enviarles las fotos y el link de blog, escrito en inglés, pero sorry, con la justas termino este post en castellano.


Como sea, nos despedimos con un inmenso abrazo, felices de habernos conocido, felices de habernos cruzado en el camino y, aunque no nos volvamos a ver, con esa experiencia tuvimos mucho, y lo agradezco.

Los tíos se fueron, me quedé un rato con el inglés, para seguir un poco el tour, seguí tomando margaritas, mientras escuchaba a natusha y proyecto uno. La noche sin ellos ya no era igual, so inglesito, im sorry, i got to go, tuve que luchar un poco con él para que no insistiera en dormir conmigo, había una mezcla allí de levantarse a la exótica y no irse a la cama con las manos vacías, típica conducta del macho que salió de cacería nocturna, en fin, aplicando un poco de psicología barata con un inglés masticado por el alcohol me trepé al taxi, en general no me gustan los europeos, ni los canadienses, de mis experiencias con una sarta de extranjeros en estos últimos meses, descubro que me quedo con los latinos, ese es motivo de otro post.

Qué encuentro en todo esto? Que es maravilloso estar abierto a la experiencia, que hay muchas cosas simples o complejas que podemos vivir en cualquier momento y que no están para nada en los planes, eso es precisamente lo que me gusta de no tener nada planificado, la vida te sorprende con cualquier cosa, en cualquier momento, y eso hace que no sea aburrida, rutinaria, plana y sin sorpresas, esa es mi folosofía de vida, estar abierta a la experiencia, en el sentido más amplio del término.

Y, viendo a estos tíos sesenteros, entiendo que este modus operandi te puede funcionar siempre, no importa el momento de la vida en el que estés, no hay límites de ningún tipo, y eso me parece maravilloso.


Hay un largo camino por recorrer, lleno de sorpresas si te abres, eso es lo que hace una vida plenamente feliz.

Nos vemos en el camino.


sábado, 12 de septiembre de 2009

Aquí vamos de nuevo....

Hasta que el caballo no te bota más dice el sabio filósofo Pedrito Suárez Vértiz y la frase nos queda perfecta para la última reflexión facebooksiana con mi querida amiga borrego, a quien dedicaré un post proximamente.

Yo en Arequipa atravesándome un trío en el ekeko, serenos, aun no empieza el sexo, es carne de avestruz, alpaca y res, una delicia.

Bueno, a la distancia hacíamos un poco el recuento de lo que había sido nuestra vida amorosa desde que tenemos edad de merecer. Y el panorama se equilibra entre lo patético y lo deprimente.

O sea, no voy a hablar mal de mis ex, menos del último, sería mezquina y una mierda (aunque ese título ya me lo he ganado por otro tipo de excesos, en fin), el asunto es que no voy a hablar en específico, así que nadie se me ofenda.

En general, valgan verdades, nuestro chip para la elección del consorte, podría atreverme a decir, está un poquito defectuoso, es decir tiene algunas fallas de origen, que en ocasiones nos han hecho perder el paso, y en otras, las más, darnos de cacharro contra el pavimento.

Y no sólo nosotras, la lista de amigas con elecciones fallidas es longa, extensa, vergonzosamente larga.

Tal vez alguien me podrá decir, los hombres también se equivocan, es más ustedes pueden haber sido perfectamente errores de muchos, mmmmm, la verdad no creo, y si así fuera, no creo que les dé mucho el criterio ni las ganas maduras, reflexivas, masocas por qué no, que tenemos las mujeres de sentarnos a mirar cómo quedó el campo de batalla al término de la guerra, cuál es el saldo final, y resolver finalmente cuánto perdimos en la última, últimas o todas las relaciones que tuvimos.

Pero ojo, este ritual clásico de nosotras en que nos reunimos cual aquelarre a descuartizar simbólicamente a la víctima de turno, es en realidad, un acto reivindicatorio que entraña un inconmensurable placer, por que claro, salimos disparadas como tapón de olla a presión a pedirle a la vida que nos devuelva el tiempo perdido, a comernos el mundo en busca del príncipe azul que nos haga reinas por una noche o varias por qué no, sin ningún sentimiento de culpa y ninguna falsa moral, o sea estamos con licencia para matar (literalmente en algunos casos).

Somos las victimas que merecemos se nos repare emocional y fisicamente por haber perdido nuestro valioso tiempo al lado de algun galifardo, que se pasó de pendejo con nosotras, se despacho a sus ansias, con nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, nuestras emociones y a veces (oh por dios, esto va a doler) con nuestros bolsillos.

Ah por favor, no vayan a pensar que andamos por ahí buscando una desilusión tras otra porque son lindas las decepciones y es mostro rajar con las amigas con un buen pisco y otras hierbas: "chicas me volvieron a cagar, hay que chupar y matarnos de la risa" o "excelente, la cagué una vez más celebremos", no tampoco, este descuartizamiento es una mínima compensación por tiempo de servicios, que nosotras mismas tenemos que agenciarnos, porque nadie más lo va a hacer.

Así que vámonos por partes como dijo frankie.

Cuál es la dinámica subyacente? (Hoy estoy más psicóloga que nunca, así que se me aguantan. Empecemos por los perfiles, los nuestros, les digo de verdad que la mayoría somos carentes de una figura paterna ya sea física o emocionalmente, es decir, el viejo brilla por su ausencia o su falencia para dar afecto, soporte, respeto, algunas tenemos el viejo de adorno y otras simplemente no lo tenemos. A eso me refería con las fallas de origen (o sea más o menos chequeen lo mal que escogieron nuestras viejas).

Entonces salimos al mundo buscando a quien "rellene" (en el sentido estricto del término) ese espacio, pero salimos buscando al mismo tiempo reparar la figura, entonces encontramos hombres que no terminaron de crecer, pueden tener cualquier edad, pero emocionalmente son unos niños, y no son mala gente (la mayoría ah, porque a cada una le puedo contar por lo menos un psicópata, con cero sentimientos y una madre monstruosa), pero nos hacen la vida añicos mientras nosotras buscamos repararlos pero al mismo tiempo queremos que sean lo suficientemente maduros, estables, robustos y sólidos para que nos sostengan, nos cuiden, nos mimem, nos amen y nos hagan sentir una reinas. O sea peras al olmo.

Quiénes son los sujetos en mención, repasemos sus perfiles:

El pasivo, ese que siente que el maná lloverá del cielo. Mientras nosotras nos queremos comer el mundo, ellos están pensando que las cosas ocurren como por arte de magia y si no ocurren normal no más, no tienen claro qué van a hacer en la vida y mientras eso, nosotras los vamos enrumbando, aconsejando, dándoles fuerza, apoyo, para que encuentren su camino, logren sus metas, y claro, estén a la altura de nosotras y puedan suplir todas nuestras necesidades emocionales, porque las económicas, nosotras papito, de ti dependeré emocionalmente pero jamás económicamente, porque soy una mujer independiente. Genial nuestra concepción de independencia.

A este huevón, hay que llevarlo de la mano a todos lados, porque jamás tendrá iniciativa para nada, nunca te sorprende con nada, su deporte favorito es sentarse a ver tele, con una chela en la mano y tú en la otra, muda por supuesto, porque su mundo interno es tan inerte que al exterior tú no debes funcionar más que como una muñeca de plástico. Y si le reclamas algo, ja, olvídate, o estás loca o peor aún, bajan la cabeza, se sienten más miserables y no mueven un puto dedo por salir de ese estado patético.

Sigue el patán, sí ya sé que todos entran en esa categoría, pero no, éste es el patán de patanes, el hijo de puta que cree que nosotras nos sacamos la lotería con él, típicos hijitos de mamá y de papá muchas veces, al que nunca le dijeron no a nada, tú te lo mereces todo, después de Dios tú y eso, que creo que están a la par.

Estos pobres cojudos nos tratan como una zapatilla y nos hacen extensiones de sus fallidos padres, y claro, como nosotras somos superpoderosas, vamos a cambiarlos a ellos y a toda su parentela y desterraremos del mundo esa raza maldita, entonces fuaz enganchamos no más. Al principio les consentimos todo, como a niñitos, con paciencia, con ternura, porque, en el fondo son buenos, y nos quieren y sabemos que van a cambiar, y no son así porque quieran, ellos luchan contra sus demonios, y nosotras los vamos a ayudar a exhorcizarlos.

Nos repetimos eso todas las veces que nos mandan a la mierda, revientan con nosotros por tonterías y no tienen ni un mínimo detalle ni siquiera en nuestro cumpleaños, porque obvio no lo recuerdan, ya ok, lo recuerdan thats it, no le pidas nada más en todo el año, aniversario? de quien? nuestro rehuevon!, ah de veras, ya, que quieres que hagamos? aggggggggggg!

Sé que está de más mencionarlo, porque es el que más abunda, y ya hasta da flojera hablar de él, pero existe pues: el pendejo, el bacán, el que te miente y te saca la vuelta cuantas veces le da la gana pero siempre viene perfumadísimo y con una cara de yo no fui, haciéndote sentir una diosa, y en un ratito estás encamada con él olvidando tus tan bien fundadas sospechas y tus hallazgos detectivescos conseguidos a través de la ayuda de un buen hacker o de alguna amiga con mucha imaginación y pocos escrúpulos que es capaz de perseguirlo y hasta tomarle fotos, entre sus brazos y cuando estás templada no hay prueba ni raciocinio que valga, "porque yo.... le creo!!".

Luego está el mojigato, el lorna aburridazo, reprimido, con una moral recta como el sable atravesado que define su postura en el mundo. El que se sorprende si le propones hacer alguna pose que implique el uso de otro orificio que el regular, ah no, eso es de putas (sonamos), cero fiestas, cero vacilón, todo son comidas con la familia y su máxima diversión es el cumple del abuelo o abuela, es insufriblemente parco para vestirse, su alta y estricta moral raya en lo patológico, sus modos de hablar son ridículamente ceremoniosos, pero claro, alguien me dirá, "oye eso no es tan malo", wait, su madre es lo más sacrosanto sobre la faz de la tierra, éste es el que cree que nació de una probeta, porque a su vieja nadie la ha tocado ni con el pensamiento, ella está por encima de todas las cosas, es la virgen maría encarnada, y por ende tú al costado de ella eres poco más que un moco, si está contigo es porque bueno, eres lo más cercano (eso cree él) que encontrará a su madre y ojo, cercano es un eufemismo, en realidad con alguien tiene que reproducirse y darle nietos a la vieja, además no vayan a pensar que es cabro, entonces tú más o menos llegas a su vida, al principio idealizada y poco a poco, vas descendiendo a algunos metros bajo el suelo porque eres una sucia e impía que tuvo el mal hado de cruzarse en el camino de él y "le hubiera hecho caso a mi madre cuando me dijo que... bla bla bla". Porque atención a esto, que este pelmazo sea así no es gratuito, la vieja con su cara de cojuda te odia, porque nada ni nadie jamás estará a la altura de su querubín.

Sé hay muchos más, la lista es larga y los perfiles no son tan puros, es lo peor, encuentras cocteles con algún aspecto más acentuado que otro.

El asunto es que nos hemos topado con estos tíos casi siempre, ojo que por ahí hubo alguno regio buena onda con el que fácil la hacíamos linda, pero seguro o fue un vacilón o, como no estaba retorcidito, no activó nuestros sensores.

Y es que al final es eso, nos los buscamos así, tenemos unos sensores sofisticadísimos para detectar a estos tíos, y engancharnos al toque para repetir el ciclo.

Sin embargo, serenas niñas, como dije al inicio del post, llega un momento en que el caballo no te bota más, tener la capacidad de reconocer que la estamos cagando en grande es un buen avance, como los alcohólicos: "mi nombre es marita y soy adicta a las relaciones fallidas", primer gran paso, hito en mi carrera autodestructiva, giro de timón.

Qué viene después, supongo que detectar a estos compadres más temprano que tarde, o sea, por ahora meternos con todos los huevones que no nos gustan, porque de hecho si alguien nos gusta debe estar medio cagado....

Con el tiempo, espero antes de los 40, habrán cambiado las coordenadas de nuesto radar (sorry si estoy hablando rocas, pero me entienden la figura no?) y aprenderemos a escoger mejor.

O tal vez no, pero por lo menos no nos frustraremos tanto, no invertiremos tanto tiempo en una relación que no vale la pena, entraremos, sacaremos lo que nos sirva, y nos arrancaremos no más, a ver qué otra experiencia encontramos en el camino.

Por lo menos a mí eso me funciona por ahora, vamos a ver cuánto me dura el jueguito, rescato que últimamente, sólo me quedo con la parte en que soy tratada con honores, el resto lo desecho.

Y como ven, los que me ven, ando con una sonrisa de oreja a oreja.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Buenos placeres

Es un pecado no disfrutar el sexo a plenitud. El disfrute sexual es una de las mejores cosas que nos puede pasar y aquel que se permite romper sus limitaciones, sus temores, sus roches y simplemente se entrega al frenesí, ha sido realmente bendecido.

Y hablemos de sexo, pero no en su versión porno duro, es decir, el tire sin argumento, sin pasión, mecánico donde todo se basa en la mayor cantidad de poses que logres y lo bien que se ve tu cuerpo trabajadito en el gim o recién liposuccionado o lo mostro que te queda la tanga que te compraste que seguro ni la miran y te la quitan en tres segundos ($ 20 dólares por las huevas en el conjuntito de encaje).

No, ese sexo vacío no, hablo del sexo entregado donde hasta el beso te excita, donde hay verdadero calor, fricción, donde hasta el tan vapuleado misionero se viste de frag y es una exquisitez, el sexo en el que te sientes diosa o dios, donde tu cuerpo se vive voluptuoso y te sientes realmente sexy, sensual, y al ver ese maravilloso intercambio de dos cuerpos que sudan y se mezclan y se conjugan con una exactitud perfecta, sin espacios vacíos, sin distancias, nadie piensa en terminar sino en continuar por horas de horas prolongando esa sensación maravillosa.

A eso le agregamos además las palabras, las cómplices palabras sucias, sexys, y confesiones de las más íntimas, regalos constantes como "eres increible, maravillosa" o "no sabes cuánto te deseo", y algo así también como "quiero quererte" ya ahí cruzamos una línea, pero bueno cuando el más frío e insensible ser logra tal placer que confiesa la necesidad de que seas parte de su vida, querida o querido, felicítate, has tenido una excelente performance.

Sin embargo pareciera que esta maravilla no ha sido regalada a muchos mortales.
No lo sé a ciencia cierta, es decir, no he visto estadísticas ni investigaciones sobre el tema, pero por lo que escucho, por lo que me cuentan y hasta por lo que he vivido hay mucha gente que no sabe lo que es un buen polvo, pero uno bueno, ese que te hace terminar gritando, riendo, llorando, y te deja bruto, una sensación absolutamente básica, primaria, sin palabras, sólo la sensación intensa inundándote, dominándote, poseyéndote.

Y por qué tanto frustrado. Partimos de la represión, ok te cagaron emocionalmente de chibolo o chibola, viste a tus viejos tirar y eso te marcó para toda la vida, o te prohibieron tocarte tu cosita porque eso es pecado, eso es cochino, eres un mañoso de mierda, enfermo del demonio, de quien habrás aprendido esas mañoserias, o de hecho tus padres son lo más reprimido del mundo y sin decírtelo te hacen sentir que el sexo es tan tabú en tu casa que casi parece que te concibieron con una probeta, o simplemente brotaste del piso como una planta.

El otro extremo es que tu vieja o viejo sean tan enfermos que te intimidaron y te encerraste en tu capullito, para preservarte de ese par de pervertidos que solo piensan en cogerse al vecino o vecina o al viejo o vieja de tu mejor amigo o amiga, si es que no quieren tirarse a este último a lo Kevin Spacey en American Beauty.

También están los que alguna vez tuvieron una buena época, se entregaron al placer en la plenitud de sus 20´s y luego se casaron o se amarraron con alguien más de manera sedentaria (es mi palabra para decir relacion estable) y la rutina y las broncas y lo cotidiano generaron que el sexo con el o ella simplemente fuese una especie de comida obligada que tienes que tomar porque es lo que toca pues no?. Ya qué cuernos quítate la ropa no más súbete o voltéate, y haz lo mismo de siempre, las mismas poses, las mismas palabras, la misma duración, sexo de memoria.

Ojo que están los que en esta situación logran mantener el level, y la verdad es que admiro mucho a aquellos que en una relación sedentaria todavía preservan el deseo sexual y la furia que involucra un buen polvo, a pesar de los años, la rutina, los hijos, las deudas, mmmm, debe haber alguien por ahí que lo logre no? ya, a ese alguien lo admiro.

Los que no lo logran siempre se refugian en la trampa (o el trampo si cabe el término, porque ellas tampoco son unas santas), no hay nada más triste que escuchar a un hombre o mujer casada al terminar con la trampa en cuestión: "Me había olvidado lo bueno que era".

Como un paréntesis resalto que muchas veces es la trampa la que logra inocular un poco de pasión a la desértica relación sexual de la pareja y hasta revive un poco la llama. Créanme que esta teoría no es nada nueva ni descabellada, a veces las trampas pueden salvar un matrimonio.

Están además los acomplejados, que se mueren de ganas pero no se entregan al placer porque el cuerpo no los ayuda, están medio gorditos o por el contrario medio decompensados en algunas zonas por no decir en todas, y les cuesta disfrutar el sexo porque les da roche su cuerpo, están más concentrados en que el mondongo o la chalona no desafinen y terminen matando la pasión de la contraparte y en vez de regodearse en sus carnes o pellejos, apagan la luz, se cubren, sumen la panza, evitan ciertas poses y el encuentro se vuelve de lo más trabado.

Finalmente entre los que se me vienen a la mente a esta hora, están los que ya me parecen inexcusables, aquel o aquella que no puede disfrutar del sexo plenamente por la simple y sencilla razón de que les falta físico o sea, se agitan, se agotan, les falta el aire y no pueden continuar, o quieren llegar al final pronto para que todo acabe de una vez porque allá arriba, no están dando la talla.

De hecho casi siempre optan por estar abajo, son recontra flojos o flojas, y dejan que la contraparte se encargue de dirigir el show y muchas de las fantasías que tienen o alucinan se quedan en eso, en fantasía, y allí abajo, cierran los ojos e imaginan que están haciendo el kamazutra completo, y con eso se excitan más y fácil la dan, pero cuando abren los ojos saben que no se movieron un ápice, que no sudaron una gota y que todo se quedó en el patético misionero, finalmente abandonan el campo de batalla sin pena ni gloria, sin haber podido ir más allá porque no les quedaba aliento, en realidad nunca lo tuvieron.

A este grupo en particular sí les digo, no se hagan eso, no se pierdan de tamaña diversión sólo porque fuman como chino en quiebra, tragan como descosidos y su vida es más sedentaria que el polvo aburrido que se meten cada tres meses.

Muchos me dirán que el sexo no lo es todo y porqué se le da tanta importancia, y que seguro quien lo hace basa su relación con el otro en un vínculo vacío que no va más allá del contacto físico, bla bla bla, ya, whatever, yo no hablo de vínculo, hablo de la capacidad de disfrutar de un apecto importante de nosotros como personas, que influye de manera importante en el estado de ánimo y en la forma cómo se afronta la vida.

Aunque no lo crean, permitirse disfrutar, permitirse gozar, no sólo con el sexo sino con todo en la vida, ayuda a que uno de destrabe, que las energías fluyan de manera más armónica, que miremos el mundo de una forma más sana, más ligera.

No dejen de disfrutar, no dejen de sentir, de regalarse y regalar placer a alguien más, tan simple como eso, quienes conocemos el sentimiento, sabemos que este placer implica no sólo la cuestión sexual, implica que estás en el mundo con una mayor apertura, libre de complejos y de represiones absurdas que entrañan sentimientos de culpa, verguenzas, temores y angustias cojudas, que nos llevan a sobrevivir a pasarla no más en vez de vivir plenamente.

Se están perdiendo la fiesta y la verdad es que está bravaza.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Sólo sensaciones


Qué rico es pasarte un tiempo sin pensar en nada, cero raciocinios, quedan de lado las típicas preguntas neuróticas que nos hacemos todo el tiempo sólo por joder, sólo por el típico deporte masoco de complicarnos la existencia porque claro: "es demasiado bueno para ser verdad", “porque tanta felicidad no puede ser buena”, “algo malo siempre puede pasar” puta madre, quién fue el enfermo?

Más enferma yo, dedicada profesional de estas lides de la autortura, con mucho cuidado de dónde piso porque la vida está llena de peligros y riesgos, "si estás feliz, no lo estés tanto como para dejar de controlar lo que pasa a tu alrededor".

Pues bien, decidí salir de vacaciones, cero rollos por ahora y estoy enteramente entregada al arte de experimentar sensaciones, sin pensamiento, casi sin lenguaje, como cuando somos neonatos y no podemos explicarnos nada, porque no tenemos palabras para hacerlo.

No hay nada de qué hablar, sólo sentir, con todos los sentidos.

Atraviesa el ambiente la música, que va cambiando a su antojo sin un plan previo, te lleva de una sensación a otra, sólo con la mirada entendemos lo que sentimos, lo que queremos, lo que anhelamos de ese instante.

Siempre hay sabores, empezamos con el vino blanco con un delicado sabor a frutas cítricas, intenso, luego viene el chocolate, derretido, caliente, el crepe y las fresas embriagadas en pisco, y el chocolate otra vez.

Sabores intensos, penetrantes, me río mucho mientras experimento con cada uno de ellos, como si tuviera un orgasmo con cada cambio de gama, el sabor me inunda, el regalo me sobrepasa, y la sensación se potencia.

Hoy sólo hay velas, todo es a media luz, qué lindo escuchar esa canción que bajaste pensando en mí para sorprenderme, y no decimos nada, sólo nos miramos y entiendo que tengo un regalo más.

El calor, el desenfreno, la calma, la locura, la risa, el llanto, las miradas, la música, el sabor, el olor, no hay palabras, está prohibido hablar, está prohibido pensar, sólo se puede sentir, sólo se comunica con el cuerpo.

En este espacio aislado del mundo, estoy siendo tratada como una reina, consentida, engreída, contemplada, inundada por sensaciones placenteras, me siento recibida con honores como si volviera de la guerra, como una heroína que merece descanso.

Hace tiempo que anhelaba el descanso, vengo de estar mucho tiempo luchando contra mis propios demonios, contra los de otros, pensando cómo será mañana, auto convenciéndome de que esta decisión es lo mejor aunque las cosas no vayan bien, "porque toda relación tiene problemas", "porque las cosas mejorarán algún día", "porque eso le pasa a todos".....

Es normal seguir en un espacio donde no eres feliz, porque eso le pasa a todos? porque es lo usual? porque es lo que dice el manual?

El miedo me detuvo durante mucho tiempo, hoy me atreví a enfrentarlo y me moví a un espacio nuevo, a ir experimentando cosas en mi vida, que parecían fuera del patrón de lo establecido y que podían estar mal, o parecer mal y que de alguna manera te convierten en un freak, en un ser fallido con "problemas serios" que rayan en la aberración.

En el fondo siempre supe que la vereda más convencional no era mi favorita, pero me costaba un poco ir contra la corriente, decepcionar, parecer rara, ser criticada, censurada, hasta humillada, por pensar diferente, por querer vivir diferente, ya me ha pasado.

Ahora estoy por mi cuenta, ya no tengo que pedirle disculpas a nadie ni dar explicaciones, voy avanzando con apertura a todo lo que viva, a lo que se presente a ver qué pasa....

Camino libre, sin culpas, sin temores, sin contemplaciones. Por ahora está bien este comienzo, cero lenguaje, cero pensamiento, qué pasará después? no me lo pregunto, no me lo respondo, sólo avanzo, me muevo, me detengo, me quedo colgada un rato, por ahora no hay plan, no hay ruta, qué rico es no pensar en nada y sólo sentir....

Bien por mí, me moví, estoy viva y lo disfruto plenamente, eso no es un pecado, es un milagro!! y esto agradecida por la bendición...

viernes, 4 de septiembre de 2009

Velas y margaritas

Han sido días difíciles, extraños, complicados. Tuve que revolucionar mi mundo de nuevo, sacudirlo todo, encontrarme nuevamente dando vueltas, dando tumbos, desubicada, desencajada, para volver a caer en el suelo y empezar otra vez desde cero.

Me llevé de encuentro todo, sin ninguna contemplación. Duele, me está doliendo mucho, pero me aguanto, me aguanto como si me tomara una medicina amarga, insoportable, porque sé que esto me está haciendo más fuerte.

Soy inmadura, lo reconozco, no tengo otra forma de acabar las cosas, siempre lo he hecho así, es la única forma que tengo de asegurarme que no habrá retorno.

Sé que ya no importa, sé que ya no hay nada que pueda hacer, el área está devastada, desolada, ya no queda nada, estoy parada en la puerta de nuestra habitación, la que solíamos habitar juntos, está vacía, ahora sí ya no queda nada, cierro la puerta por última vez, porque ahora sí sé que ni tú ni yo vamos a volver a este lugar, en el que alguna vez nos amamos tanto, en el que alguna vez nos herimos tanto y en el que nos odiamos por última vez.

Dejo aquí un capítulo importante de mi vida, y me voy con la maleta vacía, porque lo poco que tenía lo tiré por la ventana, para irme sin peso, para empezar de nuevo, sin carga.

El dolor, mi viejo y silencioso compañero que ha estado conmigo toda mi vida, está aquí nuevamente, pero diferente, ahora lo miro a los ojos, lo cojo de la mano y camino con él, entendiendo que es parte de mi vida, y que no me lastima más, ya no le tengo miedo, porque sé que no me va a destruir, después de esto, nada me va a destruir.

Gracias queridas amigas por las margaritas, por sentarse conmigo a llorar con risas, a acallar con carcajadas el llanto, gracias por acudir a las citas de siempre a escucharnos y entender que finalmente esto es la vida, y la vivimos intensamente, es maravilloso estar juntas en esto.

Gracias por las velas, las maravillosas velas que me esperaban en un lugar caliente, cálido, preparado para cobijarme, para calmar mi llanto, para sostener mi dolor, para "hacerme sentir bien" tan simple como eso, tan simple como eres, tan puro como eres.

Hoy estoy, finalmente de vuelta, y aunque haya dolido tanto vale la pena tener la certeza de que el capítulo está cerrado, ya no hay nada más que escribir en este libro. Así tenía que ser.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

(Sin) Daños colaterales

No estaba pensando en nada, absolutamente en nada. Sólo decidí tomar un camino y avanzar a través de él, sin mirar hacia los costados, sin mirar hacia atrás, sin mirar hacia adelante. Sin escuchar ninguna voz, mía o ajena. Sólo decidí avanzar.

No pensé en el dolor de nadie más, ni tampoco en la felicidad, toda mi vida he pensado en los demás, ya no quiero hacerlo.

No quiero pensar si se me pasó la mano, no quiero pensar si alguien sale lastimado, porque de un tiempo a esta parte cada uno está por su cuenta, cada quien ve por su pellejo y ve cómo respira.

Creo que a estas alturas de mi vida ya no me queda mucha sensibilidad en la piel, el corazón se te vuelve un poco más duro porque la sensibilidad te cuesta, te pasa factura, lágrimas de lágrimas, arrugas que se acumulan, ojeras interminables y oscuridad en la mirada.

Sí, estoy viva, estoy por mi cuenta, estoy donde quiero estar, sin rumbo aparente, sin norte, sin bandera, y no me voy a disculpar por eso.

Lamento mucho el dolor que pueda causar, pero yo no soy más responsable de lo que otros sienten, ya levanté durante mucho tiempo ese peso, y simplemente no quiero hacerlo más.

Sé que esto traerá consecuencias, pero estoy con el cuchillo en la boca, atravesando la jungla, casi sin miedo a lo que pueda encontrar, sé que puedo encontrar la muerte, sé que puedo encontrar más dolor, pero no me voy a detener por eso, mi vida empieza a moverse al fin, a avanzar , el horizonte está despejado, limpio, sereno, no se avisora nada, sólo el espacio vacío y por primera vez en mi vida, no le tengo miedo.

martes, 1 de septiembre de 2009

The perfect guy

Hoy me llevaron el desayuno a la cama, y no sólo por complacerme, era también un placer para él.

Lo conocí el viernes en la noche en una disco, casi estaba por irme, pero para variar mis ganas de seguir parrandeando hicieron que me quedara aun cuando mis amigos ya se habían ido. Muchos de ellos ya están acostumbrados a eso, así que gracias al universo no me hacen el show de "cómo te vas a quedar, algo te puede pasar y bla bla bla", sí ya sé que me arriesgo mucho, lo he hecho toda mi vida, alguien allá arriba me quiere mucho o se divierte lo suficiente con mis historias como para permitir que me sigan ocurriendo a salvo.

Valió la pena quedarme, no pensé en él como una opción para acabar la noche, de hecho su look no es exactamente mi tipo, pero se insinuó lo suficiente hasta que me habló, que es más de lo que muchos hacen por temor al rechazo, eso ya le valió demasiados puntos.

Bailamos un rato, hablamos, intentamos tomar, pero en el segundo sorbo de la chelita sentí que pasé de estar medio picada y alegrona a ebria sin poder articular palabras, carajo, pasa en un segundo y se te acaba la noche, antes no era así. Le dije para comer algo, tragamos un par de hamburguesas a las 4 de la mañana, me contó muchas cosas de su vida cotidiana, que no recuerdo mucho la verdad y luego salimos en busca de..... no tengo idea, sólo salimos porque ya estaban cerrando.

Tenía que buscar un cajero para sacar plata para el taxi, así que me acompañó, y luego venía tomar el taxi, pero yo estaba esperando que me bese, que me diga para irnos a dormir juntos, total él vive solo, yo vivo sola, o sea tu casa o la mía, o te acompaño y luego subes a mi casa, no sé querido, por favor haz algún movimiento.

Nada, sólo se me quedaba mirando, esperando a que baje el espíritu santo y nos haga el milagro. Ok el espíritu no bajó así que lo besé. Besa buenazo, sus labios son carnosos, su lengua suave, y es vehemente, sin llegar a ser desesperado, es apasionado. Perfecto dije, esto pinta muy bien.

Le planté uno de mis mejores besos, ok estoy servida, make your move. Nada, ok: "¿quieres que vaya a tu casa?" sus ojos brillaron, la sonrisa de oreja a oreja, el beso frenético nuevamente, "claro, me encantaría", nunca vi a nadie parar un taxi tan pronto, no preguntó cuánto, sólo dijo la dirección y volvió a besarme, como si descubriera por primera vez el placer de un buen beso.

Llegamos a su casa, una casa linda y sola, perfecto. Subimos a su cuarto, y empezó todo. Puso música genial, no tenía idea que el hip hop pudiera ser tan sensual.

Excelente combinación, una musculatura prominente, es tan grande y tan fuerte, que su solo dominio seduce, dura lo que tiene que durar, hace lo que tiene que hacer, le encanta hacer lo que a nosotras nos vuelve locas, repito: le encanta hacerlo, puede estar allá abajo horas.

Fueron un par de horas, hasta que yo acabé, él no pudo por el alcohol, ni se quejó, sólo contempló satisfecho haberme visto llegar y que yo estuviera complacida.

Nos quedamos dormidos, desperté temprano, porque había alguien contemplándome dormir y repito tanto la palabra "contemplar" porque eso es lo que hace contemplarme y me encanta, me excita, me seduce.

Lo hicimos de nuevo en la mañana, y bueno me tenía que ir.

Oh no, musitó: "te voy a extrañar" no por favor no digas eso, no estamos en ese plan, acabo de salir de una relación de seis años, no puedo ni por error volver a engancharme con nadie y si lo haces me tendré que ir y me perderé de todo este placer.
Freno de mano: "No me extrañes, nos volveremos a ver en cualquier momento".

Me fui, estaba en el taxi y me llamó, en ese momento toda mi humedad comenzó a evaporarse.

Dormí todo el sábado, ya no tengo 25. El domingo me llamó, la cosa no fluye mucho por teléfono, por un lado porque estoy cortando cualquier vínculo que no sea sexual, pero principalmente porque no tiene nada bueno que decir, y claro, tiene sólo 21 años, lo que justifica sólidamente su performance sexual, pero no se puede pedir más.

El lunes hablamos por el chat, de cualquier huevada, clima, trabajo, música whatever, yo estaba esperando que no me dijera para vernos tan pronto..... pero es tan tierno en general, tan dulce, tan intensamente dulce, y caballero y sensible, y delicado en su trato: "preciosa te invito un café en la noche?" mmmm, "acepto un vino, blanco".

A las 9:30 pm nos encontramos en su casa, él tiene un restaurante, es chef, así que me recibió allí, con el look de chef. Ahora, sin alcohol encima, se le ve mucho más grande, mucho más guapo, mucho más sexy, estaba el vino, la música, la media luz, y el cartel de "closed".

La conversa fluyó, hablamos de su familia, de la mía, de mis amigas, de sus amigos, de todo un poco, de la música que le gusta, de la que me gusta a mí, escuchamos un rato a chavela vargas y marvin gave, y luego "dame un beso que ya no me aguanto", mierda, qué bien besa!

Y esto se volvía el preámbulo delicioso para una noche de sexo eventual, "¿quieres ir a mi cuarto?", no opuse la más mínima resistencia y qué bueno que no lo hice, sexo frenético, salvaje, impresionante, qué energía, qué fuerza, ok,"esto es genial" me decía a mí misma mientras mis piernas llegaban al techo!!!

Y luego, las mismas miradas, la misma ternura: "¿te quieres quedar a dormir?", no por favor, no te quedes, mierda, es que acaso no tengo fuerza de voluntad? un NO rotundo retumbó en mi cabeza, y sólo asentí como si tuviera una especie de espasmo.

Llegué un millón de veces, él ninguna, pregunté si había un problema, nunca me han salido con algo así, pero bueno hay miles de mentiras que te pueden decir y te queda creer no más: "Cuando alguien me gusta mucho me demoro en llegar" plop, ¿no es al revés? "Es que me gusta prolongarlo". Perfecto querido prolóngalo todo lo que quieras, pero cuando cierro, cierro ah.

"Si quieres dormir, no te preocupes", me arropó y me preguntó si no quería nada, dije que no pero insistió, ok "tengo hambre" , "qué bueno, que quieres que te traiga?!!!", o sea, se emocionó de que le pida algo y lo trajo, estaba buenazo y mientras comía me miraba y me besaba, me contemplaba, mierda qué rico!

Termine el sandwich y continuamos con la faena hasta que él llegó (al fin carajo, a nosotras también nos frustra un poco que no lleguen: "será que no le gusto mucho"??) y nos quedamos dormidos, hoy se levantó temprano y me preparó el desayuno!! Jugo de naranja, café americano, huevos revueltos con jamón y pan tostado, ja o sea....

Y luego de miles de besos y ternuras varias, me despedí....

Hoy estoy extasiada, es el tipo perfecto, me encanta verlo y estar simplemente a su lado, porque ojo, todo es simple, sin angustias, sin ataduras, sin reclamos, solo fluimos, hasta donde nos dé la cuerda....

Nos seguiremos viendo? De hecho, si es the perfect guy, ni cojuda que fuera, y el vínculo emocional? la pequeña mierdita que todos llevamos dentro me dice que ya luego veremos cómo hacemos con sus sentimientos.

Sigo reportando desde el campo de batalla, aunque por ahora me encuentro en un fantástico tiempo de paz.