domingo, 27 de septiembre de 2009

Abierta a la experiencia


La vez pasada estaba en Arequipa por chamba, luego de varios días de arduo trabajo y de dormir porquísimo, lo lógico era que me fuera a chupar.

Usualmente nunca he tenido problemas para salir a tomar sola a algún bar o discoteca, pero ahora a los 32, me ha venido cierto reparo, no sé si es porque he estado mucho tiempo fuera del ruedo o porque con la edad se adquieren o recuperan ciertos límites o parámetros sociales, sobretodo asociados al género. En otras palabras creo que me estoy volviendo más recatadita.....mmmm.... por lo menos en algunos aspectos.

Igual la lucho, así que vencí mis temores cojudos y me mandé no más a conocer la movida arequipeña de noche, hice algunas pesquisas con los expertos en Lima, a ver qué huarique era el más recomendable. Con una incipiente guía turística, plasmada en la servilleta que tenía a la mano cuando hablaba por el msg con los expertos en cuestión, empecé a hacer el reconocimiento del terreno.

Chapé mi taxi, señor, a San Francisco, queda lejos? (Craso error, tú sube no más y no preguntes, me cobró el doble). Empecé a recorrer la cuadrita esa por la cual pasé tantas veces durante el día y nunca vislumbré semejante juergón.

Definitivamente no es Cusco, pero hay lugares muy monos, no recuerdo nombres y tampoco pretendo que el post sea una guía nocturna que use alguien como referencia la próxima vez que vaya a esta ciudad, pero sí recuerdo claramente la experiencia y es eso lo que voy a relatar.

Para empezar los gorilas de las entradas son unos chuscos de mierda, te cobran para entrar a cualquiera de los huariques no importa si estás con tres turistas con sus caras de que recién salen a juerguear en sus vidas, y sólo pretendes dar una miradita a ver si te ubicas o no en el antro, no importa lo que les digas ni la cara que les pongas, cero cuidado al turista, en fin.

Los arequipeños en general son recontra acomplejados, sorry si ofendo a alguien, pero tienen una gran necesidad de parecerse a Lima aunque con unos diez años de retraso, no hay nada peor que ir a una disco parecida a Vocé (lo que ya es patético de por sí) pero con canciones de Natusha o algo similar, eso me bajó las revoluciones en una, así que tuve que aplicar doble dosis de alcohol para poder divertirme mejor.

Bueno empecé mi noche en un bar que no recuerdo como se llama, pero se parece mucho al fridays, pedí mi margarita de rigor y algo para comer y me senté en una estratégica mesa que me permitía ver los dos televisores, uno con fútbol europeo y el otro con fashion tv, dos aficiones cubiertas por ambos frentes (esa figura me gustaría mucho para otros planos de mi vida).

Como siempre un huevo de patas sentados en sus mesas, ya sea solos o con flacas, mirando mi mesa entre extrañados, cohibidos, frustrados, reprimidos, o sea con ganas pero aguantados, y algunos con una miradita pícara: "perrita a la vista, ésta viene por sexo".

O sea, o no hay capacidad para acercarse y decir, tomamos algo?", o el prejuicio de por medio, si viene a un bar sola está buscando que se la levanten.

No sé por qué tiene algo de malo que alguien busque ser levantada, aunque en mi caso yo alterno entre esta figura y levantar, es redivertido. Sin embargo ésta no era la ocasión, sólo salí a conocer gente, a conversar con alguien y ya.

Ahora, tampoco es que yo sea una mamacita irresistible, no es eso, pero de hecho ver a una flaca medianamente atractiva y sola en una mesa, siempre puede ser tentador y al mismo tiempo generar cierto temor, creo que en el fondo esa es una de las cosas que me jode de salir sola.

Lo hago porque quiero conocer gente, divertirme un rato y tener experiencias de todo tipo, vuelvo a repetir, no siempre busco levantarme a alguien o ser levantada, también busco una buena conversa, un baile desenfrenado, reirme mucho, pero se hace difícil, porque la gente se cohibe y entonces una tiene que hacer el movimiento.

Así que establecí mi rutina, me dediqué un rato a estar conmigo misma, mi trago y las alitas a la barbacoa, viendo un poco de fútbol y moda, mensajeando a la gente en lima, a ver en qué andaban y luego me disponía a ir a la disco en el primer piso para ver a quién conocía, con quién hacía la noche.

De repente el bar se empezó a abarrotar, la gente estaba casi agolpada en las ventanas y las puertas viendo qué mesa se desocupaba y lanzarse encima, qué tal negocio, el alcohol nunca falla. Claro y yo sola en una mesa con tres espacios vacíos y con toda la paciencia del mundo, sorry pero la estaba pasando bien allí, no me pensaba mover.

Hasta que se me acercó una gringa, australiana, una señora de unos cincuenta y tantos, con un señor, su esposo, de unos casi 60 y un pata más joven, inglés él, que más parecía español.

La tía no hablaba ni pizca de español, pero me dijo para compartir la mesa, a mí me pareció mostro, porque así finalmente conocía a alguien y me divertía un rato.

Los tres se depositaron y empezó mi noche. Los dos esposos viajaban juntos por primera vez, conocieron al inglés en la tarde y decidieron juntarse.

A ella le dicen Peta, su nombre es Perpetua, una historia con unas monjas que ayudaron a la mamá a dar a luz, no sé porqué pensé en alguna escena de Braveheart, los turistas europeos siempre me dan la sensación de que viven en unas cabañas en el bosque y se la pasan cortando leña, así como ellos nos creen a nosotros, pastando llamas.

Bueno en fin, el tío se llama Ian, y su inglés era bastante duro, con ella me entendía mejor, me defiendo bastante bien con el inglés, pero hay muchos vacíos gramaticales y de léxico, nada más complicado que hablar en inglés ebria, debo haber dicho una sarta de sandeces, como sea nos entendimos finalmente.

Por qué quiero hablar de estos tíos? Porque ha sido una excelente experiencia en mi alocada vida bohemia, algo distinto y super especial, ellos son una pareja adorable, les encanta depeche mode, inxs evidentemente, the cure, the smiths, the pixies y más, por ellos nos pusimos a bailar en el bar mientras todo el mundo nos miraba como bichos raros, se divertían plenamente con su casi 60 años de edad, y estaban enamorados, de ellos mismos, de la vida en general.


Ella suele viajar mucho, él más bien se quedaba en su casita y salió de viaje esta vez porque le gustó la idea de conocer sudamérica. Tienen un hijo de 26 años, que debe ser un cuero por cierto, lástima que no viajó con ellos, el punto es que están en ese momento de la vida de pareja en que recuperan el tiempo para sí mismos y lo aprovechan al máximo, con una gran apertura a conocer, a perderse entre la gente, a confundirse entre la multitud y dejarse llevar por lo que venga, disfrutaban la conversación, la música, la compañía, de una manera intensa, they are exactly my favorite kind of people.

El inglés era buena gente, medio huevón como todo inglés que se respete, aunque divertido contra todo pronóstico, tenía una fijación con Robert de Niro, se le parece un poco porque tiene ascendencia italiana, hablamos en general de un huevo de cosas, que para variar no recuerdo, porque como siempre el alcohol hizo mella en mi memoria, y solo recuerdo las sensaciones, que al final, es lo que más me importa.

Luego de varios pisco sour, margaritas y cusqueñas, bailes con depeche, the cure y una excelente improvisada coreografía de under pressure en concierto, decidimos que debíamos continuarla, así que se unieron a mi tour de servilleta y fuimos a sapear algunas discos, quedamos finalmente en las que nos parecía más ochentera y la seguimos un rato más con michael y the killers.

Ya era un poco tarde, intercambiamos mails con los tíos, con la esperanza de encontrarnos en Lima, al cierre de esta edición, eso no ha pasado, de hecho no les escribí aún, quedé de enviarles las fotos y el link de blog, escrito en inglés, pero sorry, con la justas termino este post en castellano.


Como sea, nos despedimos con un inmenso abrazo, felices de habernos conocido, felices de habernos cruzado en el camino y, aunque no nos volvamos a ver, con esa experiencia tuvimos mucho, y lo agradezco.

Los tíos se fueron, me quedé un rato con el inglés, para seguir un poco el tour, seguí tomando margaritas, mientras escuchaba a natusha y proyecto uno. La noche sin ellos ya no era igual, so inglesito, im sorry, i got to go, tuve que luchar un poco con él para que no insistiera en dormir conmigo, había una mezcla allí de levantarse a la exótica y no irse a la cama con las manos vacías, típica conducta del macho que salió de cacería nocturna, en fin, aplicando un poco de psicología barata con un inglés masticado por el alcohol me trepé al taxi, en general no me gustan los europeos, ni los canadienses, de mis experiencias con una sarta de extranjeros en estos últimos meses, descubro que me quedo con los latinos, ese es motivo de otro post.

Qué encuentro en todo esto? Que es maravilloso estar abierto a la experiencia, que hay muchas cosas simples o complejas que podemos vivir en cualquier momento y que no están para nada en los planes, eso es precisamente lo que me gusta de no tener nada planificado, la vida te sorprende con cualquier cosa, en cualquier momento, y eso hace que no sea aburrida, rutinaria, plana y sin sorpresas, esa es mi folosofía de vida, estar abierta a la experiencia, en el sentido más amplio del término.

Y, viendo a estos tíos sesenteros, entiendo que este modus operandi te puede funcionar siempre, no importa el momento de la vida en el que estés, no hay límites de ningún tipo, y eso me parece maravilloso.


Hay un largo camino por recorrer, lleno de sorpresas si te abres, eso es lo que hace una vida plenamente feliz.

Nos vemos en el camino.


1 comentario:

  1. Hey Marita de mi corazon, te escribo estas breves pero muy sentidas lineas, felicitandote por tu blog, por tu super agil y entretenida narrativa y linea que mantienes, de veras me gusta mucho. Espero poder estar mas en contacto contigo, porque veo tenemos ciertas afinidades en comun y quisera compartamos...Un tremendo placer Marita linda, cuidate mucho, te auguro muchos exitos y te deseo amor, bendiciones y mucha musica en tu vida. Sinceramente,

    Renzo R. Quesada

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