viernes, 27 de noviembre de 2009

Escena de caza

Tengo casi cuatro meses de vuelta en el campo de batalla, ya pasé por todas las fases post ruptura: negación maníaca del dolor, desintoxicación, depresión (la que no duró mucho por cierto), luego algunas lesiones en el campo por falta de práctica, pero finalmente esta huevada es como montar bicicleta, nunca se olvida.

Y con más experiencia, una mejor posición económica, los músculos endurecidos por el gimnasio y el cinismo frente al amor como bandera, este juego se me volvió simple, divertidísimo, excitante, podía jugar de igual a igual con cualquier "oponente" que se me cruzaba en el camino y salía bien librada, nos divertíamos, hasta donde nos daba la piel, y luego cada uno su camino, pero claro nos quedábamos un poco gravitando en la órbita del otro, una llamada de vez en cuando, un encuentro casual en algún bar, otra vez a la cama y luego otra vez a la órbita, sin problemas.

Además, valgan verdades, desde que apareció el novio de la infancia, como que la valla estuvo muy alta, entonces estaba complicado que alguien me llenara la alforja, la tenía completamente llena, copada, feliz con nuestro idilio cibernético, con nuestro encuentro siempre pendiente, entre cerca y lejos, compartiendo la vida cada uno en su espacio y a su manera, pero con la promesa de vernos pronto, de amarnos pronto, de amarnos siempre no importa con quien ande él, no importa con quién ande yo.

Pero el novio de la infancia y yo tuvimos un break, de comunicarnos todos los días y a toda hora, intercambiar fotos, frases dulces, envíos de rosas y la adrenalina de "casi encuentro el pasaje para ir a verte", pasamos a cero comunicación, por motivos n, de hecho retomamos con fuerza, pero en el tiempo de su desaparición, la sequía fue grande. Por ahí hubo un envío de un mensajito, como un caramelito para el bajón de azúcar y que no me desmaye mientras aparece. Engullí el caramelito, pero el azúcar aún seguía baja.

En ese escenario, decidí que era tiempo de airearme un poco y ante una prolongada etapa de cero sexo con nadie (cuatro o cinco semanas desde que apareció el novio) dije, "es tiempo de mimar a este cuerpito". Pero no quería nada antiguo, sino algo diferente, empezar el flirt desde cero, quería un poco de coqueteo, de seducción pero sobretodo, quería carne nueva.

El santo del gordo, mi pata el gordo, era la ocasión ideal para salir de cacería y así lo hice.

Llegué regia, apretadita, con la piel exfoliada, exudando sexo por los poros, podía notar el resultado en el aire. Había material para escoger, no mucho, pero digamos que se podía hacer algo interesante. Sin embargo no me decidía a dar el paso inicial, de hecho el paso lo dieron algunos pero por más que busqué no encontré la química y no quería irme con alguien que sólo me gustara, quería fuegos artificiales, y hasta ese momento todo eran unas tímidas chispitas.

Ninguno de ellos pasaba de la atracción física, so, seguí esperando a que aparezca el indicado. La noche avanzaba y la cosa no mejoraba, aún no encontraba esa mirada que me dijera "éste es" . El gordo y todos sus amigos ya se habían emborrachado y yo andaba por el mismo camino, a punto de irme sola a mi casa, porque no me iba a ir con menos de lo que me había trazado como meta.

De repente pasó, lo vi, caminando solo, directo al fondo del bar, yo lo vi y ya no me pude despegar de él, mi mirada lo cogió, casi lo capturó, él me miró casi reaccionando a semejante invasión, nos miramos, y la emoción iba en crecimiento, hasta llegar a un punto crítico en que la mirada no bastaba y había que decir algo, pero se perdió entre la gente, y me propuse no dejarlo ir, yo te gusto, tú me gustas, si tú no hablas lo hago yo.

Esperé paciente y sigilosa como un puma espera a su presa agazapado entre la maleza (los amigos del gordo), en eso salió, allí estaba otra vez, mi mirada fue la flecha, se la clavé y no lo iba a soltar, él continuó mirándome y yo murmuré alguna frase tímida producto de mi paroxismo visual, imagino que él no entendió lo que dije, ni yo lo recuerdo, sólo me vio mover los labios. Entonces se acercó y yo a él, ambos al mismo tiempo.

Protocolo de rigor, cómo te llamas con quién viniste, que haces, al punto: "estoy con unos amigos, nos vamos al centro, vienes?" "claro" dijo él, "cazado!"dije yo.

Le presenté al gordo y le dije que era su cumple, el gordo sacó su alma de proxeneta y pidió una chela, yo me horroricé, pero El, todo lindo, dulce, espontáneo, juguetón, como me gustan los hombres dijo "es su cumpleaños, vamos a comprarle la chela" me cogió de la mano y fuimos a la barra, "perfecto, esto está buenisimo".

Nos sentamos a un lado, lejos de la manada que ya estaba en trance por el alcohol y algo de The doors, conversamos un poco de cualquier huevada y luego vino la negociación. "¿Qué tal si no vamos con tus amigos al centro y nos vamos a mi depa?" preguntó El. "No sé, es el santo de mi mejor amigo", "Tengo una mesa de billar", "Ok vao", la negociación más corta de mi vida (bueno, casi la más corta).

Me seducen las mesas de billar, me seducen en el depa de alguien, me seducía él y bueno sorry gordis, la necesidad es hereje, so lets go.

Nos despedimos, salimos rumbo a comprar chelas, condones y a jugar en la mesa, con las billas o con lo que fuera.

En el depa todo fluyó mostro, tomamos un poco, escuchamos música, desalojamos a su perra del cuarto (una perra de verdad por si acaso) y bueno al punto. El asunto estuvo de regular a bueno, o sea nada de fuegos artificiales, pero digamos que la situación completa, desde el primer contacto fue rebuena, fumamos un poco de marihuana, yo sólo un toque porque con el alcohol me juega malas pasadas, pero me puso lo suficiente como para disfrutarlo con más intensidad, nos quedamos dormidos.

Al dia siguiente, me tenia que ir porque tenia un par de reus desde temprano, preguntó si me podia quedar, eso me gustó pero no podía, quedamos de que me llamaria más tarde para ver si nos juntábamos.

No le crei mucho y no me importaba, hasta ahí para mí era un polvo eventual y punto. De hecho, no me queria dar su celu, sólo me pidió el mío, mi suspicacia le hizo confesar que andaba con novia, mejor dije, la situacion es mas sexy aún y también más eventual.

Me fui a lo mío, aún un poco ebria, aún con su sabor en la boca. Segui embriagándome en esta reu, estaba casi casi de boleto, a cierta hora ya no jalaba más, me fui a mi casa y en el camino, me llamó. Genial. "Te busco en tu casa más tarde", "Perfecto lleva vino, condones y marihuana, cáete a eso de las nueve".

Dormí un poco, llegó puntual, y comenzó la faena, estuvimos todo el fin de semana. Comimos, chupamos, fumamos, tiramos, nos gastamos las dos cajas de condones, de hecho el domingo tuvimos que comprar una más. ¿Nueve polvos ? Casi, algunos condones se desecharon luego de tanto uso, sin necesariamente tener un final. Yo tuve como cincuenta orgasmos. 28 añitos, excelente performance. Ahora sí hubo fuegos artificiales!

Nos dormimos tarde el sábado, el domingo la pasamos juntos, fuimos a comer, a comprar algunas huevadas para mi casa, me regalo una velita, no es un tierno? Y luego volvimos a seguirla.

Pero todo este trance que pareciera sólo de sexo desenfrenado, no fue sólo eso, hubo mucho cariño, muchos mimos, mucho dormir abrazados, algún "seria tan fácil enamorarme de ti" o "me gustas tanto" , y cada una de sus palabras, de sus gestos, de sus caricias, se iban acomodando dentro mio.

"Ok querida cuidado", me dije a mí misma en algún momento en que sus brazos me atraparon cuando intenté moverme de la cama, esto es una dosis muy fuerte que te puede volver adicta en una, ¿a mí? ¿la canchera?, ni cagando, mañana me olvido de este huevón, de este huevón adorable, que esta guapisimo, que es un cague de risa, que tira buenazo, que es super tierno, que se rie de todo, que camina conmigo de la mano por la calle, que me abraza a cada rato, que le encanta mi piel, que le encanta mi olor, que me seduce, que me engrie, ¿ya dije que tira buenazo?, sí seguro que mañana me olvido de este huevón.

Pero hubo acá algunos errores de cálculo. Este tío es exactamente el tipo del que me enamoraria sin pensarlo. En otro momento de mi vida y con menos cordura de la que tengo hoy, me hubiera enamorado de él en una, bueno, me hubiera ilusionado como una cojuda y hubiera creido que es amor, que para efectos prácticos es lo mismo.

La mañana del lunes llegó y se fue, con la condición de que lo llame o lo mensajee, de que nos veamos en la semana, de que cuando esté en Cusco (porque tuve que ir a Cusco de nuevo por chamba) no me olvide de él y lo llame, hasta con su cuota de celos vino el paquete, reina estaba yo.

El lunes lo llamé, hablamos un rato, la cosa por teléfono siempre es más fría, además sin alcohol y sin marihuana el amor se evapora no? Yo estaba impregnada de él, y me jodia el cambio de ritmo, quedé de llamarlo en la noche. Lo hice, tenía apagado el cel, mierda, seguro llegó la novia que andaba de viaje.

Al día siquiente intenté llamarlo y el cel apagado igual, todo el dia, de hecho lo perdió, le mandé un mensaje al hot, ok sorry nena pero esto ya está pasando a un tono más oscuro.

Todo el fucking martes medio triste, sin una puta llamada, la madrugada del jueves viajaba a Cusco, se supone que nos veriamos antes de que yo viaje, el martes tuve pesadillas, soñé que habia fantasmas en mi casa, que habian invadido mi fortin, me senti amenazada vulnerada, dormi hasta el culo, con el cel y el fijo al lado por si en algún momento llamaba, entró una llamada a las cuatro de la mañana era el taxi que me iba a llevar al aeropuerto, se huevearon en la oficina y lo pidieron un día antes, entre sueños pensé que era él, a las 7 de la mañana, otra llamada, pálpitos acelerados, era la directora del colegio de mi sobrina, puta madre.

Me desperté con una ojeras inconmensurables, fui a la chamba, bajoneada, triste, angustiada, mierda, no me jode que algún tire eventual desaparezca, pero este huevón super lindo se pasó el fin de semana entero conmigo y fue increible. Cedí demasiado, calculé mal.

Dos de la tarde en punto, terapia con CB, mi psicóloga, escudriñamos el asunto, fantasmas de abandono vinieron desde mi  niñez, rabia y frustración por la endulzada y la desaparición, por la agarrada de huevona. A la pendejaza, el pendejo y medio la cagó.

Sali restablecida, poniendo al fantasma en su lugar, pero aún con la bronca de que no me llame más, carajo Marita, sólo es un dia, pues es suficiente para mi, si yo quiero llamarlo a cada rato, el deberia querer lo mismo, los fantasmas de abandono junto con el orgullo herido y la humillacion adportas, resultado: coctel amargo y fulminante aún para la estabilidad más fría y arrogante. Además, claro, siendo sincera, extrañaba el buen sexo.

Yo todo el tiempo sabía que él no era un prospecto ni cagando, me transmitía la sensación de ser muy volátil, voluble, evaporable en realidad, etéreo, inestable, así que por más lindo que la pasáramos, haciendo las matemáticas, el huevón hubiera sido la pareja ideal en el país de las maravillas, pero ni cagando en la realidad. Además, con lo vulnerable que me dejó tras su desaparición repentina luego de casi jurarme amor eterno, yo estaba en una situación complicada.

Pero aún quedaba un cartucho por quemar, yo seré quien cierre la puerta y apague la luz, vanidad, el pecado favorito del demonio, asi que lo llamé y finalmente contestó.

El como si nada, yo tuve una sesión completa con la terapeuta hablando de este huevón y él como si nada, "voy a tu casa en la noche", "ok, dale". Pensé, tengo dos opciones o lo choteo ahorita en una, porque ya tenia un compromiso con uno de mis mejores amigos, o lo metia de nuevo a mi cama y exhorcizaba el demonio, con el riesgo de que el demonio tomara completa posesión de mi cuerpo y alma.

Me la juego. Llegó puntual, entre besos tiernos, reclamos caletas por la desaparición, disculpas dulces por haber "desaparecido" dos días, nos fuimos a la cama, dos polvos magistrales, y luego la despedida.

¿Piensas en mi cuando estes en cusco? Por supuesto. ¿Me llamas? De todas maneras. ¿Nos vemos cuando vuelvas? Por supuesto.

Dormi como un bebe, viajé a Cusco y mientras estuve de viaje de hecho que pensé en él, pero tomé distancia, tuve por ahí algunos flirts interesantes y sentí que la situación estaba manejadaza, él en su lugar, fuera de mi fortin, a la mano para cualquier necesidad, lindo como es, con un estatus diferente ahora, sentí que había recuperado el control, tengo un back up de puta madre, mis sentimientos están en su lugar y él también.

Volví a Lima, con demasiado alcohol en el organismo luego de cinco noches en Cusco, soroche de bajada, un cansancio impresionante (me digo esto a mí misma, para no perder de vista los efectos de todo este coctel en el organismo) y luego de organizar mi vida en la oficina, lo llamé, sí, lo llamé apenas llegué a mi casa.

"Ya estás en Lima?" "Sí, me vienes a hacer unos masajitos?" "Voy a verte a la hora del almuerzo". Yo vine extremadamente cachonda de Cusco, porque por ahí que hubo algún encuentro medio inconcluso, so necesitaba un buen polvo, pero no quería verlo solo por eso, queria verlo simplemente, estar con él, hasta le traje un regalo (estaba cagadaza).

Así que me alisté y llegó, casi lo violé, lo hicimos tres veces en menos de una hora, el sol encima nuestro, el calor, la bulla abajo de la calle, de los niños que salían del jardín de niños que hay en el primer piso de mi casa, verlo a plena luz del día, hacerlo sin alcohol, sin marihuana, con el deseo contenido todo el tiempo de quitarnos el condón y de sentir nuestra piel directamente, la situación era como él, una fantasía bizarra. Fue demasiado otra vez.

Y entre líneas como siempre las palabras dulces, tiernas, la constante posibilidad de podernos enamorar. Enamorar, esa palabra que ya casi habia salido de mi vocabulario. Esa palabra horrorosa, que casi me daba náuseas pronunciar, de repente se colaba entre nosotros cuando nos mirábamos a los ojos.

Se fue de mi casa, con la idea de vernos esa noche o la siguiente, yo con su sabor y su olor en mi piel, en mi boca, en todos mis sentidos. Esperando volver a verlo.

No lo vi más, cuatro días después del útlimo encuentro me llamó temprano para vernos, yo ya tenía planes pero había la posibilidad de vernos más tarde. Lo llamé en la noche, y dio la estúpida estocada, un quiebre de timón aparentemente sin razón. Me canceló por la novia, esa novia que aún no sé si existe.

Tengo miles de hipótesis en la cabeza, una más incoherente que la otra, y prefiero creer que no soportó mi libertad, que tal vez yo para él también era un riesgo, que así como yo, él también sintió miedo. Su orgullo y su miedo fueron más fuertes que su deseo de estar conmigo, su juego es tal vez más controlado, más frío, más calculado. Esta vez me cazaron.

Hoy a duras penas me escapo de la trampa, herida, magullada, dolida, rabiosa. Estoy refugiada en mi huarida, lamiéndome las heridas, con las manos vacías, con el deseo en la piel, con la furia y el deseo de venganza. No lo consumaré, pero tengo tantas ganas de devolverle el golpe, lo peor es que tal vez no tenga oportunidad de hacerlo.

Me repongo, esperando el momento de volver a cazar, de volver al campo de juego. Y aunque siento rabia, no puedo negar que hacía tiempo no saboreaba el placer de algo muy parecido a un sentimiento. Me ha costado aceptarlo, pero todo hace parecer que aún no me he convertido en piedra.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cusco mon amour

Cusco es exageradamente mágico, obsceno, místico, libre.

Fui después de muchos años, por trabajo, pero desde que bajé del avión sentí que estaba lidiando con todo ese aire bohemio, armoniosamente desenfrenado, poéticamente caótico diría yo.

Soy excesivamente responsable con mi trabajo, así que había una constante lucha interna y externa por mantener el orden y al mismo tiempo disfrutar el aire cargado de tanta pulsión.

Viajé en un momento muy complicado de mi vida, estaba acabando mi última relación, el último tren que tomé del que ya había estado buscando saltar varias veces, y aunque habia decidido continuar en él, el viaje a cusco desbarató todos mis planes de autoncontención, de autocastramiento, y sin darme cuenta, el fondo de mi ser sabía que me iba a dejar empujar.

La experiencia fue intensa, y de hecho valió la pena, no sólo por los resultados en mi vida hasta hoy, sino por lo que viví en esos cuatro días, en esos dos últimos días para ser más precisa.

Dos noches antes de volver a Lima me quedé sola, mi acompañante se regresó a Lima, y yo continué el trabajo por mi cuenta. Como era evidente no me iba a quedar en mi cuarto viendo pelas y comiendo chocolates, mientras la ciudad rugía allá afuera. Tal como me pasó en Arequipa, tenía miedo de salir sola, pero había que hacerlo, porque no me podía perder Cusco de noche.

Fui a dar unas vueltitas a la plaza, básicamente a respirarme la noche, a inocularme cusco por los poros. Me planté un rato por ahí, con un poco de frío, pero todo bien.

Chequeé algunos bares a ver qué onda, de hecho era un poco temprano, así que las discos aún no estaban disponibles.

Me metí finalmente a un pequeño barcito donde tocaba un grupo remonse dizque música cubana. En fin en cusco todo es maravilloso. Me senté al fondo en una barrita pequeña (todo el bar era diminuto), pedí una cusqueña (allá son más ricas aún) y a disfrutar mi noche bohemia.

Todos los niños del barcito andaban emparejados, de hecho, ninguno de ellos era mi tipo, no me gustan los europeos, menos los turistas europeos (porque parece que tienen serios conflictos con el agua), aunque no se le puede quitar mérito a los españoles e italianos, pero creo que esa noche habían puros belgas, o sea...

Además no salí en plan de pesca, aún andaba con el novio y aunque el amor andaba pegado con curitas, no era mi idea cagarlo.

A cierta hora entró él, demasiado crudo para mi gusto, insufriblemente chibolo, (sí, yo lo digo) esa gorrita de lana recontra surferita y su onda medio desaliñada, éste es sudaca, es más, es peruano, y dije, no gracias, peruano, chibolo, pastrulo, sorry pero espero que no empiece con alguna típica cojudez de peruano acomplejado.

Cuando empezó a preguntar por todos los tragos de la carta, escuché mejor el acento, era argentino, puta madre, peor, no hay gente que odie mas que los argentinos. Son extenuantemente pedantes, son los arequipeños de sudamerica br /> Comenzó a hablar de unas pipas de agua, y no sé qué onda con el tema, de hecho cuando preguntó por ellas reelaboré: chibolo, argentino y pastrulo, me muevo de la barra en este momento.

Sin embargo luego me enteré que con las pipas estas se fuma tabaco y el asunto es interesante y con manzanas no sé qué, y me pareció un tipo bacán, contra todo pronóstico, confirmamos de dónde eramos cada uno y poco a poco hablamos de algunas huevadas más, interesante y ameno por lo menos.

De hecho sentía que no nos gustábamos para nada, que entre nosotros había más bien una química de patas,y eso me gustaba mucho, para mí él era el "argentinito", así lo llamaba y yo era obviamente "che".

Le dije para tomarnos algo más, pero como el barcete ya cerraba él propuso buscar otro hueco, me pareció mostro, nos encaminamos a un bar en el que yo ya había estado un par de noches atrás.

Caminábamos por la callecita de San Blas, como dos patas del barrio, yo con la casaca amarrada a la cintura, él con la gorrita pastrula, con una buena onda increíble, realmente nos sentíamos cómodos, sin poses, ni huevadas, éramos un par de patas que decidieron acompañarse un rato, conversar y pasarla mostro en Cusco.

Llegamos al sitio, tomamos un par de cosas, hablamos de los tragos, de lo que hacía yo, de lo que hacía él, andaba mochileando por sudámerica nada menos el pibe. Y yo claro, envidiando los huevos que había tenido para dejar un rato la universidad y mandarse a palpar la historia que tanto le gusta y conoce.

Recordé y me enteré muchas cosas de nuestra historia como continente que el niño éste se las sabía como si fuese una biblioteca, pasamos mucho rato conversando y me divertía mucho escuchándolo y luego peleándonos porque claro, no puedes conversar con un argentino que se respete sin pelearte con él por su eterno y enfermizo afán de considerse una raza superior.

Los dos macchupicchu que me tomé hicieron efecto, el pibe se tomó dos daikiris (trago de gay), así que había una desventaja, pero la noche se abría ante nosotros por igual, aunque con diferentes matices.

Él era un nómade, autoproclamado hijo de una tierra sin nombre, sin límites, su libertad era un modo de vida, yo era una experiencia más, parte de toda la mística que envolvía su camino.

Yo por el contrario, era un citadina estresada, harta de una atadura autoimpuesta por temor a lanzarme a reconocer mis verdaderos deseos, en ese momento yo sólo anhelaba tener los cojones que este mocoso de 25 años había tenido para lanzarse al vacío, yo con 32 tenía miedo de haber dejado pasar la oportunidad de vivir, algún día de mi vida, sin saber qué cuernos sería de mí mañana, yo queria tragarme su experiencia, hacerla mía, tener el valor para coger mis cuatro trapos, mi cámara y el ipod y salir a perderme sin temor de no encontrarme.

Estábamos en lados opuestos, pero parados exactamente en el mismo punto del camino. Esta mezcla de libertad, prohibición, desenfreno, nos tragaba como un hoyo negro y ninguno de los dos oponía la más mínima resistencia.

Fuimos a bailar, siguiendo ambos el impulso de mi cuerpo. Pedí un par de tragos más, Cusco estaba metido en todos los huecos, a veces no notaba que él seguía a mi lado, ya había obtenido de él lo que quería, bueno, al menos eso creía yo.

De pronto, tímidamente preguntó: "Ché y cómo es lo de la fidelidad con lo de tu novio?". Me sacó de cuadro, yo de verdad no pensaba que él y yo tuviéramos algo, pero lo miré, preguntándome, preguntándole, " a dónde vamos con todo esto", no hubo respuesta, si la hubo no la recuerdo, sólo estuvimos juntos bailando como si quisiéramos comernos literalmente el uno al otro.

El y yo bailábamos y nos mezclábamos, nos perdíamos el uno en el otro, como si no hubiera nada ni nadie alrededor, como si no hubiera más que ese sublime intercambio de energía, de deseo, de pasión, demasiado para un par de cuerpos.

Yo no pensaba nada, la oscuridad del lugar era perfecta para que yo no me mirara, no me escuchara, no me cuestionara, ni siquiera tuve que luchar contra alguna voz interna, había furia contenida en mí, había revancha  con la vida, conmigo misma y yo me iba a cobrar con él, lo que hasta ese momento me había estado negando.

Quería seguir bailando pero el deseo era fuerte, él insistió en que nos fuéramos, y no pudimos contenerlo más. Nos fuimos a mi hotel, pero claro, yo no estaba preparada, no pensaba tirar con nadie en Cusco y con el novio no cuidaba mucho la apariencia así que estaba hecha un peluche, no sé por qué circunstancia del destino compré una máquina de afeitar temprano, así que con el floro de "soy una chica muy limpia y quiero bañarme antes de tirar" y bajo el riesgo de enfriar toda la mierda, me metí a la ducha, a realizar una labor titánica de sacar todos los putos pelos que la naturaleza se empeñó en ponernos en el cuerpo a la mujeres.

Lisa, regia, impoluta, fresquísima, salí luego de un rato, no me puedo quitar el mérito de haber hecho una sesión de spa en un tiempo digno de cualquier record guinness.

Ya fresca, me metí en la cama de plaza y media del cuarto de habitación doble. No se perdió nada, el deseo estaba intacto, puedo decir, que el polvo que me meti con este ser humano maravilloso califica tranquilamente como uno de los mejores de mi vida, bien podria ser el mejor.

La cosa fue frenética, con mucha química, casi con furia. No voy a explicar más de este asunto, porque lo esencial, más allá de los detalles, es que esta experiencia me desatascó. Después de ese encuentro mi vida empezaría a cambiar de manera radical.

Al día siguiente nos la pasamos juntos, caminando por todos lados, conversando de mil huevadas, almorzamos yo volví a mi trabajo, él se fue a Macchupiccu. Me resistía a la idea de vernos en Lima.

Al volver a mi realidad, noté que yo ya no era la misma, que mi vida desde ese momento no sería la misma.
No pude volver a estar con el novio, me resultaba muy complicado, me sentía encerrada, cada vez más deseaba salir de esa prisión, así que planteé terminar y finalmente, luego de un año de lucha y negociaciones fallidas, lo hicimos.

El argentino llegó a Lima en ese trance, en las postrimerías de mi relación, yo andaba aún con el luto, pero con el deseo más prendido que nunca por él, nos vimos, salimos, tiramos, nos peleamos por toda mi confusión y se fue. Al poco tiempo salí de viaje hacia la selva, casi puedo decir que buscándolo, sabía que ese era su rumbo, no lo encontré, pero mi vida se comenzaba a mover. Luego de muchas lunas, yo no lo esperaba, él volvió a aparecer en el chat, sin más ni más, allí estaba ahora hablándome, ya desde su país, tal vez tratando de revivir conmigo un poco todo lo que vivió esos meses de viaje. No importaba, me encantaba saber que estaba aún ahí. Ahora somos amigos, tenemos una cosa interesante, porque mantenemos por el chat la misma buena onda de Cusco, las conversas, el sexo, las broncas, los deseos de encontrarnos de nuevo en algún momento para salir a joder por ahí, somos los dos patas que se conocieron en Cusco, y que, salvando las distancias, aún deambulan por la calle conociendo lugares, impregnándose de historia, pasando la vida, como si no hubiera ninguna prisa.

Es como si volviéramos al punto del camino en el que nos encontramos, pero yo ya no soy más la misma persona, mi vida cambió de manera radical, el argentino fue mi boleto para este nuevo viaje, el que me expulsó del tren, y siempre viviré agradecida por eso, por esta experiencia que me devolvió de nuevo al mundo, a la vida, llena de energía de intensidad.

Hoy soy esencialmente feliz, como siempre lo había anhelado, gracias cusquito, gracias argentinito.

jueves, 29 de octubre de 2009

El back up (y el rollo cuando no quiere salir de tu cama)


El back up tiene una funcion importantísima en el proceso de soledad que una emprende.

Cuando acabas una relación larga, tortuosa, que te devuelve al mundo más o menos regurgitada, con la autoestima por los suelos, pocas ganas de mirarte al espejo, pánico a la habitación vacía y a qué vas a hacer ahora los fines de semana o con quién vas a tirar, el back up es estratégico, es el bote que te saca a la orilla.

Son esos bracitos calientes e incondicionales que te reconfortarán en el proceso de recomposición de tus partecitas diseminadas. Bueno no son tan incondicionales no? pero no te piden nada del otro jueves.

Este tío aparece en un momento crucial, puede ser un tire del pasado o el que siempre quiso contigo y estuvo dispuesto a dar su brazo derecho o el huevo izquierdo con tal de oler siquiera tu cabello recién lavado, y tú obviamente en tu época de diosa del olimpo te dignabas a hacerle saber con cariño que "no querido, te veo como a un buen amigo".

Puede ser también y eso es más rico, el amigo de tu ex que siempre quiso algo contigo y que tú alguna vez le plantaste una mirada lasciva, pero por premura, lógica y tal vez una pizca de decencia, dejaste pasar. Este back up es uno de los más riesgosos, pero qué chucha en tiempo de guerra todo hueco es trinchera.

O lo conociste en alguno de los antros que empezaste a visitar compulsivamente con quien fuera con tal de no pasar los fines de semana sola en tu jato llorando tus miserias.

O en el gimnasio, el pata que siempre te miraba y que tú alucinabas almorzártelo con todo y pesas, pero que preferías dejar en fantasía, por un pacato e hipócrita respeto a tu pareja de turno, con quien según tú ibas a durar como mierda y eras extremadamente feliz (eso sí es completamente autorreferencial).

De hecho el back up lo puedes conocer en el micro, en el supermercado, te lo presenta una amiga ya experta en estas lides de las rupturas, o hasta tu vieja que encontró al hijo de la amiga que "seguro hijita te diviertes es un buen chico" y claro tú chapas no más, porque en este tiempo de vulnerabilidad todo sirve.

El asunto aquí es que tienes que entrar con este pata con las cosas claras, de hecho si el pata es lindo tierno y en otra época hubiera sido un super buen partido, la verdad es que con las heridas que te cargas no estás preparada para otra relación, la ilusión que eventualmente puedas sentir es absolutamente falsa, es una pepa que te metes para mitigar el dolor, ni cagando te vas a templar de este pata y es algo que debes tener claro, pero que debe tener claro principalmente él.

Entonces, si manejas bien el rollo, el back up es una experiencia linda, que te mantiene a flote, en el mejor de los escenarios te permite tener buen sexo, te ayuda a recuperar la confianza en ti misma, te acompaña en tus momentos de bajón, te engríe por ratos, y sabes que cuando no tengas nada que hacer el sábado porque tu mancha te colgó, este pata estará allí dispuesto a salir contigo con tal de tener un buen polvo.

Con el back up te das el lujo de experimentar cosas que con otros vas a querer poner en práctica como toda una experta, o sea también puede ser tu sparring.

A él le vomitas todo el rollo con el ex, te quejas, chillas, lloras, pataleas y buscas compulsivamente satisfacer tu vanidad pisoteada "reina, cómo ese huevón pudo tratarte así", "no sabe lo que se pierde", "es que no concibo a alguien que no pueda estar enamoradísimo de ti" y un míllón de pepas de este tipo que tu engulles sin mayor sentimiento de culpa, y que manipulas a tu antojo con tus mejores performances.

Es como el helado que te comes salvajemente después de una temporada de dieta, lo saboreas, lo disfrutas sin miramientos, sin raciocinio, sin morales cojudas, porque como no pretendes más con el que un acompañamiento terapéutico, no tienes que hacerte la modosita ni la lady, con este buen hombre te das el gusto de disfrutar plenamente todo sin preocuparte como te veas, qué tan ruca te veas, es como sentarte a comer calata a la mesa, todo es muy libre, sin poses ni falsas posturas.

Y así todo puede ser maravilloso, el problema es cuando este señor, no entiende las reglas del juego, no le queda claro cuál es su función en tu vida, que como digo, debiste dejar sentado desde un principio, porque ojo tampoco te puedes pasar de pendeja, ser ruca no implica ser perra: "estoy saliendo de algo, no me puedo enganchar, así que no te estoy prometiendo nada" es la frase clave, honesta y que luego te dejará libre de culpas y responsabilidades.

Pero qué pasa cuando el tío en cuestión te dice "Si claro, todo bien, yo entiendo" mientras está encima tuyo banqueteándose,  pero cuando se baja de la faena, extasiado y feliz de tenerte, de al fin encontrar a la chica linda, adorable, que tira rico y es re inteligente, y super sexy y se ríe mucho, pero sobretodo, es la damisela vulnerable a la que él, caballero con armadura viene a rescatar, entonces todo se va a la mierda, situación que se potencia si es que el viene de otra decepción.

El riesgo de tener un back up que no tiene las cosas claras, es que en un momento del viaje llega a confundir la travesia pasajera, ligera, divertida y espontánea, con una especie de viaje con cronograma, ruta y destino final.

Algunos dirán por qué no te quedas con él, simple, las cosas con el fluyen bien porque son eventuales, porque la rutina no mata la relación, siempre te espera con los brazos abiertos, los oídos también y el asta levantada, no hay pierde, un encuentro con él siempre te mantiene a flote.

Además, seamos honestas, al back up siempre le falta algo, ese algo que lo convierte en atractivo pero no irresistible, nos gusta pero no nos mata, por eso no representa ningún riesgo y todo lo tenemos bajo control.

Entonces, cuando tú ya fuiste reconstruida y ya estás lista para entrar a la cancha de nuevo, cuando ya le pescaste el gustito a ser deseada por muchos y saboreada por pocos (bueno eso es relativo), cuando recuperas tu estatus de diosa y decides salir literalmente a matar, este buen hombre, este caballero andante de buen corazón y eventualmente buenas dimensiones físicas, se quita el condón y se pone el pijama de franela y las pantuflas y ya no es más el latin lover con el cuerpo aceitado que satisface tus fantasías más retorcidas, ahora es casi casi un ama de casa pidiendo atención, afecto, comprensión y todas esas cojudeces que solemos pedir las mujeres cuando estamos enamoradas. Bajón total, matapasiones efectivazo.

Algunas, un poco más culposas, pueden correr el riesgo de no saber poner un freno y tontamente se enganchan en su manipulación, sienten que no pueden ser tan mierdas, que le deben algo, finalmente te sacó a la orilla y además "¿qué pasa si no encuentro a nadie más?", de hecho hasta se confunden y piensan que se templaron, entonces así acaban de nuevo en una relación que de entrada saben que sera desastrosa (varios de mis novios fueron  back ups que no supe mantener a raya y ya mas o menos chequean como me fue).

Otras por el contrario sacamos a relucir nuestro lado más pérfido, a la perra que todas llevamos dentro, y de una patada no más lo choteamos (se aprende en la vida), aunque una fucking vocecita interior te dice: "cuidado que la vida da vueltas", si carajo da vueltas y ahora me toca estar arriba, así que a la mierda todo el mundo, es mi turno.

Así, sin más ni más, de damisela en rescate pasamos a ser la perra desgraciada, y ya saben como funciona esto del marketing boca a boca, una pequeña legión de potenciales seguidores te colocará en la lista de las descartables.

El problema es que por más directa que seas, él no termina de comprenderlo o de manejarlo, te cuesta retomar el vínculo, cualquiera que sea, o sea ya no puedes ser su amiga ni tenerlo como tercera o cuarta opción porque siempre confundirá las cosas.

Perdemos al back up en cuestion y nos jodera si la química con el pata era buena, si había buen sexo con su ligera cuota de engreimiento post sesión amatoria, y mejor si tenía plata y nos llevaba a todos lados, otra vez a reventarte la mitad del presupuesto en juergas.

Ni modo, nada es gratis en esta vida, estamos nuevamente en la orilla, vivitas y coleando, con las pilas recargadas y entrenadazas para no caer en las manos de  ningun patán, ya sabemos que por el momento andamos con ganas de recuperar el tiempo perdido y con el corazón bien endurecido como para no caer con algun otro galifardo, no por el momento.

Despídete de tu acompañante de turno, dale las gracias, deséale lo mejor, si puedes tirátelo como nunca, como una manera de retribuirle tanto cariño, persignate, entra a la cancha y buscate otro back up.

jueves, 15 de octubre de 2009

Good fellas

Al cabo de tanto tiempo, después de tanto camino, tengo la alforja llena de cosas maravillosas, mis amigos ocupan un espacio importante de ella.

Sin darme cuenta, aquella loca con la que alguna vez empecé a rajar de alguien en el salón de clase, o el pendejo que quería levantarse a todas, incluida yo, de repente desarrollaron conmigo una afinidad caleta, solapada, que con el tiempo fue creciendo y se convirtió en la amistad que hoy nos hace estar cerca y reunirnos casi con una especie de cronograma, porque "negra, tenemos que vernos pronto", con esta necesidad de juntarnos cada cierto tiempo, de ponernos al día de nuestras vidas, de vernos las caras, darnos un abrazo, obvio tomarnos una chelas y reirnos de nosotros mismos.

Mis amigos son diversos, diferentes, a veces diametralmente opuestos unos de otros, es más algunos de ellos no se podrían juntar jamás, porque sus personalidades son bastante disímiles, sin embargo siempre hay un punto en común, algo en lo que todos confluyen, son esencialmente libres, abiertos al mundo, a la vida, con neuras de todo tipo, una más compleja que la otra, pero llenos, plenos de vida. Eso es lo que más me acerca a ellos.

La vez pasada hablaba con mi vieja, y ella me decía que cuando yo era niña (hace muy poco por cierto), la relación con mis amigos era algo sumamente importante, algo vital para mí, un mundo que yo inventé con gente de verdad para habitar en él todas las tardes de verano, verlos era parte obligada de mi rutina, lo central de mi día.

Mucha de la gente de esa época la perdí, de hecho ninguno de los amigos que tengo ahora pertenece a ese tiempo, pero desde niña dejé claro que mis patas eran parte importante de mi mundo, mi familia putativa (muchos hacen honor a la fonología inicial de la palabra j aja a), entiendo que sin ellos mi vida estaría incompleta.

Ahora que vivo sola y que ando sola, es decir, sin pareja, camino con ellos más que nunca, su presencia me hace la vida más placentera.

De hecho cuando seamos tíos, abriré una especie de asilo disco donde recibiré a todos mis amigos solterones y juergueros como yo, para cuidar muchos perros y gatos, jugar dominó y acompañarnos el resto de nuestras vidas con harto vino, pisco, ron y algunas pepas para combatir el alzheimer y no mearnos unos a otros.

Celebro la amistad que tengo con mis patas, mis amigos del alma, que encontré en cada una de las etapas de mi vida, y sin darse cuenta emprendieron conmigo este camino raro, intrincado, sorpresivo, carpichoso que recorro con tanto placer, ustedes son mis compañeros de viaje.

Los quiero muchísimo, son una parte importante de mi alocada existencia, bendecida de tenerlos, aunque ustedes pastrulos, no entiendan, no sepan, la dimensión de mi cariño, me importa poco, con que yo lo sepa me basta.

Los siguientes post serán sobre ustedes, una especie de mini homenaje y demostración de mi cariño, para que vean que no sólo los recuerdo cuando quiero chupar, sino también cuando estoy chupando con alguien, me cuelgo un rato y brindo con ustedes a la distancia. Ya ven cómo los quiero?

P.D.: No se preocupen que cada post será sometido a su escrutinio, para ver si quieren que sea publicado así o no, miren que les conozco muchas miserias, muchas de las cuales explican por qué somos amigos, de hecho son un paso obligado en el relato, pero bueno, si se me hacen los estrechos y modositos tendré que respetarlo.

martes, 29 de septiembre de 2009

Milagros inesperados

Sé que no debo, sé que me estoy dejando rebalsar y eso es peligroso, pero estoy embriagada, sacada otra vez de la realidad y transportada a esos momentos sublimes en que estuvimos juntos. Siempre he dicho que no repetiría ninguna etapa de mi vida, ahora sé que esa es la única a la que volvería.

Te conozco desde los 12 años, tú tenías 18, me acuerdo claramente que desde el primer momento en que te vi, con la inocencia en la piel, no pude dejar de mirarte, no pude dejar de perderme en tus ojos, en tus inmensos, tiernos y serenos ojos.

Y claro, todo el mundo decía que eras muy grande para mí, que eso era imposible, pero fue posible, tú y yo nos enamoramos, nos enamoramos profundamente, nos enamoramos con mucha inocencia, yo casi podría decir que nos enamoramos hasta el día de hoy.

Pasábamos muchas tardes conversando, sólo hacíamos eso, en el verano, sentados en el muro de tu casa, mientras todo el mundo alrededor nuestro simplemente revoloteaba, y giraba frenéticamente, caóticamente, tú y yo sólo hablábamos, nos mirábamos, en una burbuja en que la sólo se escuchaba tu voz y la mia, hoy no puedo creer que me hayas dicho que yo era tu mundo, tú eras mi universo.

Y yo inocentemente, no podía siquiera sospechar que te gustara, pensaba que hablabas conmigo porque eras buena gente, porque eras lindo con todo el mundo, cuando finalmente decidiste decirme que querías que fuera tu enamorada yo no lo podía creer.

"Quieres estar conmigo?", me acuerdo que sonaba la canción de Ricardo Montaner "Tan enamorados" y sólo por eso es la única canción de ese pelmazo que aún hoy escucho con ternura, sentados en tu sala, solos, lejos de todo el bullicio, de toda la sarta de pirañas que eran nuestros amigos, la cuadra, sentados en tu sofá, una tarde de verano, "¿quieres estar conmigo?", yo salí disparada, j aj aja, no puedo creer que saliera disparada, corriendo, asustada, porque tú, mi ídolo, mi amor platónico, te convertías en realidad, y me querías.

Luego de negociaciones con tu hermana, entendí que sí podía ser, que sí podía ser que me quisieras, que yo podía ser querida por alguien tan especial como tú, yo, la insignificante, la que no tenía nada en el mundo, podía ser querida por el ser más maravilloso que me podía cruzar en el camino.

Volví a tu casa al atardecer, con la cabeza agachada por la vergüenza, nos dejaron solos y finalmente te dije que si. Nunca me besaste, porque sabías que nadie me habia besado, creo que nunca me cogiste la mano ni me abrazaste, lo único que cambió en nuestra dinámica era que ahora al conversar sentados en tu muro, yo era tu enamorada, tú eras mi enamorado, sólo tú y yo lo sabiamos y eso era lo único que me importaba. Yo caminaba entre nubes con el secreto en la frente, en las manos, en la mirada, yo era tu novia, tu noviecita de 12 años y eso nadie me lo podía quitar.

Pero mi fragilidad, mi gran fragilidad, no podía sostener tanto tiempo semejante situación, la noticia se me salía de la boca y se lo conté a la persona menos indicada en el mundo, mi mamá se enteró y claro pues, nadie podía saber lo especial que era todo, para el resto del mundo simplemente era aberrante, así que fui obligada a devolver el regalo, el precioso regalo que tú me habías dado, te lo tuve que regresar porque no estaba bien aceptarlo.

Con el dolor de mi corazón, con mis lágrimas inocentes tuve que decirte adiós, no encontré dentro de mí las palabras correctas, yo quería decirte que te amaba, yo debí decirte que probablemente aun con mis 12 años, nunca en mi vida iba a amar de la misma manera, yo debí decirte que sabía que no podía dejarte ir, que seguro me arrepentiría toda la vida, que seguro me dolería mucho no volverte a ver, que seguro 20 años después iba a seguir arrepintiéndome de haberte dejado ir, pero no sabía cómo hacerlo, no podía saberlo.

Sólo te dije adiós y ahora sé que a ti también te dolió, que aunque parecías robusto, grande, sereno, en el fondo te dolió perder a tu compañera de muro, a aquella por la cual valía la pena salir a mirar el mundo dar vueltas, aquella a la cual esperabas todos los días en la puerta de tu casa, llegar con su bicicleta, con el short, las zapatillas y la cara lavada, con la inocencia y la emoción de que por fin son las cuatro de la tarde, otra vez te voy a ver,  y nos darán las 9 de la noche y parecerá que el tiempo no pasó, que la tarde no nos fue suficiente, que el tiempo nunca fue suficiente.

Después de eso, nunca intentaste volver, qué pasó? no lo sé, supongo que entraste en razón, supongo que entendiste que en el fondo eso no podía pasar, que iba a ser muy complicado o tal vez fue tu inmenso orgullo, más grande que tu cariño. Y luego te fuiste a vivir a otro país.

Alguna vez me llamaste por teléfono, no podía conversar bien porque no estaba sola, de nuevo me faltaron las palabras, el valor para decirte: "regresa, ven por mí, llévame contigo", aquella vez hablamos de cualquier cosa, como en tu muro, pero sabíamos que a lo mejor no ibamos a volver a hablar, esa era la diferencia, teníamos la premura de decir algo, pero como siempre tú y yo callamos.

Apareciste cinco años despúes, cuando yo había acabado el colegio, tenía 17 años, mi vida era un torbellino, lleno de dudas, de confusiones, yo andaba en una eterna búsqueda de respuestas, buscando en todos, lo que alguna vez tuve contigo, pero siempre con las manos vacías, con el hueco en el estómago, siempre con la mirada dolida, con la lágrima a punto de caer.

Te vi de nuevo, más grande, más adulto, más distante, yo no esperaba que me hablaras, imaginaba que tú no sentías nada por mí, hoy mirando atrás recién leo tus señales, recién entiendo tu timidez, recién entiendo porqué siempre estabas metido en todo el tumulto de gente con tal de estar cerca de mí, tú me mirabas en silencio a través de toda esa gente a nuestro alrededor, tú y y nos mirábamos y nos escuchábamos, a través de todo ese ruido molesto.

Finalmente me dijiste, "vámonos, vámonos solos a conversar, a comer, a estar juntos", y no nos importó nada, no miramos atrás, no miramos a nadie, sólo nos fuimos, tú manejabas y yo miraba hacia afuera, como si no creyera que eso estuviera pasando, como si esperase que al ver las calles pasar, al atravesar el espacio, entráramos en esa dimensión donde sólo tú yo habitábamos.

Fuimos a un restaurante lindo, en ese tiempo el más caro de Lima, pediste la mejor mesa, la más bonita, la más romántica y yo siempre con la cabeza abajo, como si tuviera miedo o vergüenza de estar contigo siendo tratada como una reina, cuando eso no era ni remotamente lo usual. No pude comer, casi dejé todo, no podía pasar bocado de los nervios, sólo tomaba piñas coladas, creo que fueron cinco, pero ni siquiera me embriagué, mi cuerpo estaba suspendido.

Pasamos muchas cosas, hicimos muchas cosas, paseamos, conversamos, lloré, lloré mucho contigo, vimos el mar, e hicimos el amor, hice el amor contigo como si fuera la primera vez, con temor, con verguenza, con amor. Lo nuestro no era sexual, lo nuestro era sublime, era casi espiritual.

Y luego de varios días de andar en nuestra burbuja, llegó lo que tanto temía que llegara. Recuerdo mucho la última conversación frente al mar de noche, en que lloré mucho porque al día siguiente te ibas, volvías a tu vida y yo a la mía.

Y fuiste muy duro, pero real: "No te puedo prometer que voy a volver por tí, no sé qué va a pasar", yo sabía que no podía esperar que volvieras, yo sabía que después de esa noche no iba a pasar nada más, para nosotros ese era el final.

Lloré con resignación, con impotencia, con frustración, otra vez te perdía, otra vez tenía que devolver el regalo, yo había hecho el amor contigo, pero era una niña, y no entendía por qué no me podía quedar el único regalo que la vida me había dado y que yo apreciaba tanto. Una vez más mi fragilidad era sacudida.

Al día siguiente, una de esas burlas del destino, nos hizo separarnos y despedirnos de la peor manera, no nos merecíamos ese final, tú me llamaste para vernos y yo había salido a buscar a una amiga para llorar con ella tu partida, regresé corriendo a contestar la llamada, pero ya habías colgado, luego me viste en la calle conversando con alguien y tal vez pensaste que ya estabas siendo reemplazado, era lo obvio luego de todo lo que habías escuchado de mí.

Te vi pasar, serio, molesto, ni me miraste, estaba toda tu familia en el carro y te fuiste. Ese día estuve en la playa con mi mejor amiga, tratando ella de que me caliente el sol, no me calentaba nada, sólo lloraba y me abrazaba a ella, mirando el mar, una vez más sentía el abandono. En la tarde, volví y te mandé llamar, no podía ser que te fueras así, yo con 17 intenté arreglar la situación que tú con 23 habías preferido dejar así, pero para mí ya era demasiado que te fueras como para permitir que lo hicieras molesto, no logré mucho, pero por lo menos pudiste sentir que yo te quería aunque no te lo dijera, aunque una vez más callara.

Seguí mi vida, ingresé a la universidad, recuperé el aliento. Cuando tenía 19 años salí un día a parrandear, con unas amigas, nunca iba a miraflores, prefería barranco, pero a pedido del público fuimos y me encontré con un amigo en común, lo abracé, hacía tanto tiempo que no lo veía, le pregunté por la gente, "¿cómo están todos?", "bien, todo bien", "y, qué es de Él?" pregunté tímidamente, casí presintiendo la respuesta, "Está acá, hemos salido con él " mi cuerpo entero celebró la notica, "ha venido con su esposa" y mi amigo me cogió del hombro, sabiendo lo que eso significaba para mí, otra vez sin aliento, otra vez petrificada, me despedí, y salí de miraflores, para no tener que cruzarme contigo, porque eso no lo iba a poder soportar.

No volví a saber de ti, hasta hoy, 14 años después.

No puedo creer que esta historia siguiera viva, no puedo creer que me hayas encontrado, que me hayas estado buscando tanto tiempo. Justo hacía unos días pensaba en tí, como si presintiera algo, de casualidad encontré un mail tuyo refundido en un correo que nunca reviso, y allí estaba, parecía una broma, una joda de alguno de los payasos que siempre nos rodeaban.

Te agregué al msg con temor, con la esperanza de que seas tú, pero con miedo de frustrarme una vez más y allí estabas. Ayer escuché tu voz luego de 16 años, la reconocí inmediatamente. Pero claro el teléfono es un medio muy directo como para que tú, el reservado por excelencia, me contaras todo lo que me has dicho por el chat.

Ahora me parece increible que hayas estado buscándome, que siempre tuvieras la esperanza de verme pasar por tu calle, que aquella vez que estuviste acá conmigo ya hubieras estado comprometido con quien luego fue tu esposa, que yo sea esa tentación a la que no puedes negarte, que yo sea esa persona especial en la que nunca dejaste de pensar, que tal vez ya no estás enamorado como yo, porque te partieron el corazón en mil pedazos, pero que si tal vez hubieras sido menos orgulloso, menos cerrado, menos parco, nuestra historia hubiera sido diferente, demasiados "hubiera", demasiados "tal vez".

Hoy estás casado nuevamente con una persona a la que sé por ti mismo que quieres mucho pero no amas, porque tu corazón está dañado, con una gran cicatriz.

Pero siento que así como yo, guardaste un espacio para nosotros, un espacio inmune al dolor, al olvido, siento que aún estás ahí conmigo sentado en ese muro, viendo la vida pasar, sin tocarnos, porque no lo necesitábamos, solo necesitábamos estar cerca el uno del otro.

Desde ayer sólo sonrío, desde ayer floto otra vez en el aire, y hoy escribiendo esto, he llorado, he reido, he recordado, he vuelto a amar.

No sé qué pase con nosotros, no sé a dónde va nuestra historia, lo que sé es que esta historia no ha acabado, aun faltan páginas por escribir.

Tú y yo nos debemos tanto, la vida nos debe tanto, no me importa cómo, en qué circunstancias, sólo espero el momento de estar otra vez frente a tí, de acurrucarme en ti, de echarme a tu lado, y mirarte serenamente por todos estos años que no te veo.

Tu nombre se sale de mi boca, casi como si mencionarlo fuera una celebracion.

Yo acabé hace poco una relación, ahora entiendo que no podía amar a nadie más como te he amado a ti toda mi vida, tal vez nunca estemos juntos, pero sé que tengo amor acá adentro, que tengo este amor que te pertenece y eso me hace feliz, ya sé qué es lo que quiero en la vida, ya sé cuál es mi parámetro, si no te tengo no importa, me basta con saber que no tengo que seguir buscando, que lo que buscaba ya lo encontré hace tiempo.

Con eso puedo disfrutar la vida en paz. Te debo un te amo, y lo guardo para la próxima vez que te vea.


domingo, 27 de septiembre de 2009

Abierta a la experiencia


La vez pasada estaba en Arequipa por chamba, luego de varios días de arduo trabajo y de dormir porquísimo, lo lógico era que me fuera a chupar.

Usualmente nunca he tenido problemas para salir a tomar sola a algún bar o discoteca, pero ahora a los 32, me ha venido cierto reparo, no sé si es porque he estado mucho tiempo fuera del ruedo o porque con la edad se adquieren o recuperan ciertos límites o parámetros sociales, sobretodo asociados al género. En otras palabras creo que me estoy volviendo más recatadita.....mmmm.... por lo menos en algunos aspectos.

Igual la lucho, así que vencí mis temores cojudos y me mandé no más a conocer la movida arequipeña de noche, hice algunas pesquisas con los expertos en Lima, a ver qué huarique era el más recomendable. Con una incipiente guía turística, plasmada en la servilleta que tenía a la mano cuando hablaba por el msg con los expertos en cuestión, empecé a hacer el reconocimiento del terreno.

Chapé mi taxi, señor, a San Francisco, queda lejos? (Craso error, tú sube no más y no preguntes, me cobró el doble). Empecé a recorrer la cuadrita esa por la cual pasé tantas veces durante el día y nunca vislumbré semejante juergón.

Definitivamente no es Cusco, pero hay lugares muy monos, no recuerdo nombres y tampoco pretendo que el post sea una guía nocturna que use alguien como referencia la próxima vez que vaya a esta ciudad, pero sí recuerdo claramente la experiencia y es eso lo que voy a relatar.

Para empezar los gorilas de las entradas son unos chuscos de mierda, te cobran para entrar a cualquiera de los huariques no importa si estás con tres turistas con sus caras de que recién salen a juerguear en sus vidas, y sólo pretendes dar una miradita a ver si te ubicas o no en el antro, no importa lo que les digas ni la cara que les pongas, cero cuidado al turista, en fin.

Los arequipeños en general son recontra acomplejados, sorry si ofendo a alguien, pero tienen una gran necesidad de parecerse a Lima aunque con unos diez años de retraso, no hay nada peor que ir a una disco parecida a Vocé (lo que ya es patético de por sí) pero con canciones de Natusha o algo similar, eso me bajó las revoluciones en una, así que tuve que aplicar doble dosis de alcohol para poder divertirme mejor.

Bueno empecé mi noche en un bar que no recuerdo como se llama, pero se parece mucho al fridays, pedí mi margarita de rigor y algo para comer y me senté en una estratégica mesa que me permitía ver los dos televisores, uno con fútbol europeo y el otro con fashion tv, dos aficiones cubiertas por ambos frentes (esa figura me gustaría mucho para otros planos de mi vida).

Como siempre un huevo de patas sentados en sus mesas, ya sea solos o con flacas, mirando mi mesa entre extrañados, cohibidos, frustrados, reprimidos, o sea con ganas pero aguantados, y algunos con una miradita pícara: "perrita a la vista, ésta viene por sexo".

O sea, o no hay capacidad para acercarse y decir, tomamos algo?", o el prejuicio de por medio, si viene a un bar sola está buscando que se la levanten.

No sé por qué tiene algo de malo que alguien busque ser levantada, aunque en mi caso yo alterno entre esta figura y levantar, es redivertido. Sin embargo ésta no era la ocasión, sólo salí a conocer gente, a conversar con alguien y ya.

Ahora, tampoco es que yo sea una mamacita irresistible, no es eso, pero de hecho ver a una flaca medianamente atractiva y sola en una mesa, siempre puede ser tentador y al mismo tiempo generar cierto temor, creo que en el fondo esa es una de las cosas que me jode de salir sola.

Lo hago porque quiero conocer gente, divertirme un rato y tener experiencias de todo tipo, vuelvo a repetir, no siempre busco levantarme a alguien o ser levantada, también busco una buena conversa, un baile desenfrenado, reirme mucho, pero se hace difícil, porque la gente se cohibe y entonces una tiene que hacer el movimiento.

Así que establecí mi rutina, me dediqué un rato a estar conmigo misma, mi trago y las alitas a la barbacoa, viendo un poco de fútbol y moda, mensajeando a la gente en lima, a ver en qué andaban y luego me disponía a ir a la disco en el primer piso para ver a quién conocía, con quién hacía la noche.

De repente el bar se empezó a abarrotar, la gente estaba casi agolpada en las ventanas y las puertas viendo qué mesa se desocupaba y lanzarse encima, qué tal negocio, el alcohol nunca falla. Claro y yo sola en una mesa con tres espacios vacíos y con toda la paciencia del mundo, sorry pero la estaba pasando bien allí, no me pensaba mover.

Hasta que se me acercó una gringa, australiana, una señora de unos cincuenta y tantos, con un señor, su esposo, de unos casi 60 y un pata más joven, inglés él, que más parecía español.

La tía no hablaba ni pizca de español, pero me dijo para compartir la mesa, a mí me pareció mostro, porque así finalmente conocía a alguien y me divertía un rato.

Los tres se depositaron y empezó mi noche. Los dos esposos viajaban juntos por primera vez, conocieron al inglés en la tarde y decidieron juntarse.

A ella le dicen Peta, su nombre es Perpetua, una historia con unas monjas que ayudaron a la mamá a dar a luz, no sé porqué pensé en alguna escena de Braveheart, los turistas europeos siempre me dan la sensación de que viven en unas cabañas en el bosque y se la pasan cortando leña, así como ellos nos creen a nosotros, pastando llamas.

Bueno en fin, el tío se llama Ian, y su inglés era bastante duro, con ella me entendía mejor, me defiendo bastante bien con el inglés, pero hay muchos vacíos gramaticales y de léxico, nada más complicado que hablar en inglés ebria, debo haber dicho una sarta de sandeces, como sea nos entendimos finalmente.

Por qué quiero hablar de estos tíos? Porque ha sido una excelente experiencia en mi alocada vida bohemia, algo distinto y super especial, ellos son una pareja adorable, les encanta depeche mode, inxs evidentemente, the cure, the smiths, the pixies y más, por ellos nos pusimos a bailar en el bar mientras todo el mundo nos miraba como bichos raros, se divertían plenamente con su casi 60 años de edad, y estaban enamorados, de ellos mismos, de la vida en general.


Ella suele viajar mucho, él más bien se quedaba en su casita y salió de viaje esta vez porque le gustó la idea de conocer sudamérica. Tienen un hijo de 26 años, que debe ser un cuero por cierto, lástima que no viajó con ellos, el punto es que están en ese momento de la vida de pareja en que recuperan el tiempo para sí mismos y lo aprovechan al máximo, con una gran apertura a conocer, a perderse entre la gente, a confundirse entre la multitud y dejarse llevar por lo que venga, disfrutaban la conversación, la música, la compañía, de una manera intensa, they are exactly my favorite kind of people.

El inglés era buena gente, medio huevón como todo inglés que se respete, aunque divertido contra todo pronóstico, tenía una fijación con Robert de Niro, se le parece un poco porque tiene ascendencia italiana, hablamos en general de un huevo de cosas, que para variar no recuerdo, porque como siempre el alcohol hizo mella en mi memoria, y solo recuerdo las sensaciones, que al final, es lo que más me importa.

Luego de varios pisco sour, margaritas y cusqueñas, bailes con depeche, the cure y una excelente improvisada coreografía de under pressure en concierto, decidimos que debíamos continuarla, así que se unieron a mi tour de servilleta y fuimos a sapear algunas discos, quedamos finalmente en las que nos parecía más ochentera y la seguimos un rato más con michael y the killers.

Ya era un poco tarde, intercambiamos mails con los tíos, con la esperanza de encontrarnos en Lima, al cierre de esta edición, eso no ha pasado, de hecho no les escribí aún, quedé de enviarles las fotos y el link de blog, escrito en inglés, pero sorry, con la justas termino este post en castellano.


Como sea, nos despedimos con un inmenso abrazo, felices de habernos conocido, felices de habernos cruzado en el camino y, aunque no nos volvamos a ver, con esa experiencia tuvimos mucho, y lo agradezco.

Los tíos se fueron, me quedé un rato con el inglés, para seguir un poco el tour, seguí tomando margaritas, mientras escuchaba a natusha y proyecto uno. La noche sin ellos ya no era igual, so inglesito, im sorry, i got to go, tuve que luchar un poco con él para que no insistiera en dormir conmigo, había una mezcla allí de levantarse a la exótica y no irse a la cama con las manos vacías, típica conducta del macho que salió de cacería nocturna, en fin, aplicando un poco de psicología barata con un inglés masticado por el alcohol me trepé al taxi, en general no me gustan los europeos, ni los canadienses, de mis experiencias con una sarta de extranjeros en estos últimos meses, descubro que me quedo con los latinos, ese es motivo de otro post.

Qué encuentro en todo esto? Que es maravilloso estar abierto a la experiencia, que hay muchas cosas simples o complejas que podemos vivir en cualquier momento y que no están para nada en los planes, eso es precisamente lo que me gusta de no tener nada planificado, la vida te sorprende con cualquier cosa, en cualquier momento, y eso hace que no sea aburrida, rutinaria, plana y sin sorpresas, esa es mi folosofía de vida, estar abierta a la experiencia, en el sentido más amplio del término.

Y, viendo a estos tíos sesenteros, entiendo que este modus operandi te puede funcionar siempre, no importa el momento de la vida en el que estés, no hay límites de ningún tipo, y eso me parece maravilloso.


Hay un largo camino por recorrer, lleno de sorpresas si te abres, eso es lo que hace una vida plenamente feliz.

Nos vemos en el camino.


sábado, 12 de septiembre de 2009

Aquí vamos de nuevo....

Hasta que el caballo no te bota más dice el sabio filósofo Pedrito Suárez Vértiz y la frase nos queda perfecta para la última reflexión facebooksiana con mi querida amiga borrego, a quien dedicaré un post proximamente.

Yo en Arequipa atravesándome un trío en el ekeko, serenos, aun no empieza el sexo, es carne de avestruz, alpaca y res, una delicia.

Bueno, a la distancia hacíamos un poco el recuento de lo que había sido nuestra vida amorosa desde que tenemos edad de merecer. Y el panorama se equilibra entre lo patético y lo deprimente.

O sea, no voy a hablar mal de mis ex, menos del último, sería mezquina y una mierda (aunque ese título ya me lo he ganado por otro tipo de excesos, en fin), el asunto es que no voy a hablar en específico, así que nadie se me ofenda.

En general, valgan verdades, nuestro chip para la elección del consorte, podría atreverme a decir, está un poquito defectuoso, es decir tiene algunas fallas de origen, que en ocasiones nos han hecho perder el paso, y en otras, las más, darnos de cacharro contra el pavimento.

Y no sólo nosotras, la lista de amigas con elecciones fallidas es longa, extensa, vergonzosamente larga.

Tal vez alguien me podrá decir, los hombres también se equivocan, es más ustedes pueden haber sido perfectamente errores de muchos, mmmmm, la verdad no creo, y si así fuera, no creo que les dé mucho el criterio ni las ganas maduras, reflexivas, masocas por qué no, que tenemos las mujeres de sentarnos a mirar cómo quedó el campo de batalla al término de la guerra, cuál es el saldo final, y resolver finalmente cuánto perdimos en la última, últimas o todas las relaciones que tuvimos.

Pero ojo, este ritual clásico de nosotras en que nos reunimos cual aquelarre a descuartizar simbólicamente a la víctima de turno, es en realidad, un acto reivindicatorio que entraña un inconmensurable placer, por que claro, salimos disparadas como tapón de olla a presión a pedirle a la vida que nos devuelva el tiempo perdido, a comernos el mundo en busca del príncipe azul que nos haga reinas por una noche o varias por qué no, sin ningún sentimiento de culpa y ninguna falsa moral, o sea estamos con licencia para matar (literalmente en algunos casos).

Somos las victimas que merecemos se nos repare emocional y fisicamente por haber perdido nuestro valioso tiempo al lado de algun galifardo, que se pasó de pendejo con nosotras, se despacho a sus ansias, con nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, nuestras emociones y a veces (oh por dios, esto va a doler) con nuestros bolsillos.

Ah por favor, no vayan a pensar que andamos por ahí buscando una desilusión tras otra porque son lindas las decepciones y es mostro rajar con las amigas con un buen pisco y otras hierbas: "chicas me volvieron a cagar, hay que chupar y matarnos de la risa" o "excelente, la cagué una vez más celebremos", no tampoco, este descuartizamiento es una mínima compensación por tiempo de servicios, que nosotras mismas tenemos que agenciarnos, porque nadie más lo va a hacer.

Así que vámonos por partes como dijo frankie.

Cuál es la dinámica subyacente? (Hoy estoy más psicóloga que nunca, así que se me aguantan. Empecemos por los perfiles, los nuestros, les digo de verdad que la mayoría somos carentes de una figura paterna ya sea física o emocionalmente, es decir, el viejo brilla por su ausencia o su falencia para dar afecto, soporte, respeto, algunas tenemos el viejo de adorno y otras simplemente no lo tenemos. A eso me refería con las fallas de origen (o sea más o menos chequeen lo mal que escogieron nuestras viejas).

Entonces salimos al mundo buscando a quien "rellene" (en el sentido estricto del término) ese espacio, pero salimos buscando al mismo tiempo reparar la figura, entonces encontramos hombres que no terminaron de crecer, pueden tener cualquier edad, pero emocionalmente son unos niños, y no son mala gente (la mayoría ah, porque a cada una le puedo contar por lo menos un psicópata, con cero sentimientos y una madre monstruosa), pero nos hacen la vida añicos mientras nosotras buscamos repararlos pero al mismo tiempo queremos que sean lo suficientemente maduros, estables, robustos y sólidos para que nos sostengan, nos cuiden, nos mimem, nos amen y nos hagan sentir una reinas. O sea peras al olmo.

Quiénes son los sujetos en mención, repasemos sus perfiles:

El pasivo, ese que siente que el maná lloverá del cielo. Mientras nosotras nos queremos comer el mundo, ellos están pensando que las cosas ocurren como por arte de magia y si no ocurren normal no más, no tienen claro qué van a hacer en la vida y mientras eso, nosotras los vamos enrumbando, aconsejando, dándoles fuerza, apoyo, para que encuentren su camino, logren sus metas, y claro, estén a la altura de nosotras y puedan suplir todas nuestras necesidades emocionales, porque las económicas, nosotras papito, de ti dependeré emocionalmente pero jamás económicamente, porque soy una mujer independiente. Genial nuestra concepción de independencia.

A este huevón, hay que llevarlo de la mano a todos lados, porque jamás tendrá iniciativa para nada, nunca te sorprende con nada, su deporte favorito es sentarse a ver tele, con una chela en la mano y tú en la otra, muda por supuesto, porque su mundo interno es tan inerte que al exterior tú no debes funcionar más que como una muñeca de plástico. Y si le reclamas algo, ja, olvídate, o estás loca o peor aún, bajan la cabeza, se sienten más miserables y no mueven un puto dedo por salir de ese estado patético.

Sigue el patán, sí ya sé que todos entran en esa categoría, pero no, éste es el patán de patanes, el hijo de puta que cree que nosotras nos sacamos la lotería con él, típicos hijitos de mamá y de papá muchas veces, al que nunca le dijeron no a nada, tú te lo mereces todo, después de Dios tú y eso, que creo que están a la par.

Estos pobres cojudos nos tratan como una zapatilla y nos hacen extensiones de sus fallidos padres, y claro, como nosotras somos superpoderosas, vamos a cambiarlos a ellos y a toda su parentela y desterraremos del mundo esa raza maldita, entonces fuaz enganchamos no más. Al principio les consentimos todo, como a niñitos, con paciencia, con ternura, porque, en el fondo son buenos, y nos quieren y sabemos que van a cambiar, y no son así porque quieran, ellos luchan contra sus demonios, y nosotras los vamos a ayudar a exhorcizarlos.

Nos repetimos eso todas las veces que nos mandan a la mierda, revientan con nosotros por tonterías y no tienen ni un mínimo detalle ni siquiera en nuestro cumpleaños, porque obvio no lo recuerdan, ya ok, lo recuerdan thats it, no le pidas nada más en todo el año, aniversario? de quien? nuestro rehuevon!, ah de veras, ya, que quieres que hagamos? aggggggggggg!

Sé que está de más mencionarlo, porque es el que más abunda, y ya hasta da flojera hablar de él, pero existe pues: el pendejo, el bacán, el que te miente y te saca la vuelta cuantas veces le da la gana pero siempre viene perfumadísimo y con una cara de yo no fui, haciéndote sentir una diosa, y en un ratito estás encamada con él olvidando tus tan bien fundadas sospechas y tus hallazgos detectivescos conseguidos a través de la ayuda de un buen hacker o de alguna amiga con mucha imaginación y pocos escrúpulos que es capaz de perseguirlo y hasta tomarle fotos, entre sus brazos y cuando estás templada no hay prueba ni raciocinio que valga, "porque yo.... le creo!!".

Luego está el mojigato, el lorna aburridazo, reprimido, con una moral recta como el sable atravesado que define su postura en el mundo. El que se sorprende si le propones hacer alguna pose que implique el uso de otro orificio que el regular, ah no, eso es de putas (sonamos), cero fiestas, cero vacilón, todo son comidas con la familia y su máxima diversión es el cumple del abuelo o abuela, es insufriblemente parco para vestirse, su alta y estricta moral raya en lo patológico, sus modos de hablar son ridículamente ceremoniosos, pero claro, alguien me dirá, "oye eso no es tan malo", wait, su madre es lo más sacrosanto sobre la faz de la tierra, éste es el que cree que nació de una probeta, porque a su vieja nadie la ha tocado ni con el pensamiento, ella está por encima de todas las cosas, es la virgen maría encarnada, y por ende tú al costado de ella eres poco más que un moco, si está contigo es porque bueno, eres lo más cercano (eso cree él) que encontrará a su madre y ojo, cercano es un eufemismo, en realidad con alguien tiene que reproducirse y darle nietos a la vieja, además no vayan a pensar que es cabro, entonces tú más o menos llegas a su vida, al principio idealizada y poco a poco, vas descendiendo a algunos metros bajo el suelo porque eres una sucia e impía que tuvo el mal hado de cruzarse en el camino de él y "le hubiera hecho caso a mi madre cuando me dijo que... bla bla bla". Porque atención a esto, que este pelmazo sea así no es gratuito, la vieja con su cara de cojuda te odia, porque nada ni nadie jamás estará a la altura de su querubín.

Sé hay muchos más, la lista es larga y los perfiles no son tan puros, es lo peor, encuentras cocteles con algún aspecto más acentuado que otro.

El asunto es que nos hemos topado con estos tíos casi siempre, ojo que por ahí hubo alguno regio buena onda con el que fácil la hacíamos linda, pero seguro o fue un vacilón o, como no estaba retorcidito, no activó nuestros sensores.

Y es que al final es eso, nos los buscamos así, tenemos unos sensores sofisticadísimos para detectar a estos tíos, y engancharnos al toque para repetir el ciclo.

Sin embargo, serenas niñas, como dije al inicio del post, llega un momento en que el caballo no te bota más, tener la capacidad de reconocer que la estamos cagando en grande es un buen avance, como los alcohólicos: "mi nombre es marita y soy adicta a las relaciones fallidas", primer gran paso, hito en mi carrera autodestructiva, giro de timón.

Qué viene después, supongo que detectar a estos compadres más temprano que tarde, o sea, por ahora meternos con todos los huevones que no nos gustan, porque de hecho si alguien nos gusta debe estar medio cagado....

Con el tiempo, espero antes de los 40, habrán cambiado las coordenadas de nuesto radar (sorry si estoy hablando rocas, pero me entienden la figura no?) y aprenderemos a escoger mejor.

O tal vez no, pero por lo menos no nos frustraremos tanto, no invertiremos tanto tiempo en una relación que no vale la pena, entraremos, sacaremos lo que nos sirva, y nos arrancaremos no más, a ver qué otra experiencia encontramos en el camino.

Por lo menos a mí eso me funciona por ahora, vamos a ver cuánto me dura el jueguito, rescato que últimamente, sólo me quedo con la parte en que soy tratada con honores, el resto lo desecho.

Y como ven, los que me ven, ando con una sonrisa de oreja a oreja.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Buenos placeres

Es un pecado no disfrutar el sexo a plenitud. El disfrute sexual es una de las mejores cosas que nos puede pasar y aquel que se permite romper sus limitaciones, sus temores, sus roches y simplemente se entrega al frenesí, ha sido realmente bendecido.

Y hablemos de sexo, pero no en su versión porno duro, es decir, el tire sin argumento, sin pasión, mecánico donde todo se basa en la mayor cantidad de poses que logres y lo bien que se ve tu cuerpo trabajadito en el gim o recién liposuccionado o lo mostro que te queda la tanga que te compraste que seguro ni la miran y te la quitan en tres segundos ($ 20 dólares por las huevas en el conjuntito de encaje).

No, ese sexo vacío no, hablo del sexo entregado donde hasta el beso te excita, donde hay verdadero calor, fricción, donde hasta el tan vapuleado misionero se viste de frag y es una exquisitez, el sexo en el que te sientes diosa o dios, donde tu cuerpo se vive voluptuoso y te sientes realmente sexy, sensual, y al ver ese maravilloso intercambio de dos cuerpos que sudan y se mezclan y se conjugan con una exactitud perfecta, sin espacios vacíos, sin distancias, nadie piensa en terminar sino en continuar por horas de horas prolongando esa sensación maravillosa.

A eso le agregamos además las palabras, las cómplices palabras sucias, sexys, y confesiones de las más íntimas, regalos constantes como "eres increible, maravillosa" o "no sabes cuánto te deseo", y algo así también como "quiero quererte" ya ahí cruzamos una línea, pero bueno cuando el más frío e insensible ser logra tal placer que confiesa la necesidad de que seas parte de su vida, querida o querido, felicítate, has tenido una excelente performance.

Sin embargo pareciera que esta maravilla no ha sido regalada a muchos mortales.
No lo sé a ciencia cierta, es decir, no he visto estadísticas ni investigaciones sobre el tema, pero por lo que escucho, por lo que me cuentan y hasta por lo que he vivido hay mucha gente que no sabe lo que es un buen polvo, pero uno bueno, ese que te hace terminar gritando, riendo, llorando, y te deja bruto, una sensación absolutamente básica, primaria, sin palabras, sólo la sensación intensa inundándote, dominándote, poseyéndote.

Y por qué tanto frustrado. Partimos de la represión, ok te cagaron emocionalmente de chibolo o chibola, viste a tus viejos tirar y eso te marcó para toda la vida, o te prohibieron tocarte tu cosita porque eso es pecado, eso es cochino, eres un mañoso de mierda, enfermo del demonio, de quien habrás aprendido esas mañoserias, o de hecho tus padres son lo más reprimido del mundo y sin decírtelo te hacen sentir que el sexo es tan tabú en tu casa que casi parece que te concibieron con una probeta, o simplemente brotaste del piso como una planta.

El otro extremo es que tu vieja o viejo sean tan enfermos que te intimidaron y te encerraste en tu capullito, para preservarte de ese par de pervertidos que solo piensan en cogerse al vecino o vecina o al viejo o vieja de tu mejor amigo o amiga, si es que no quieren tirarse a este último a lo Kevin Spacey en American Beauty.

También están los que alguna vez tuvieron una buena época, se entregaron al placer en la plenitud de sus 20´s y luego se casaron o se amarraron con alguien más de manera sedentaria (es mi palabra para decir relacion estable) y la rutina y las broncas y lo cotidiano generaron que el sexo con el o ella simplemente fuese una especie de comida obligada que tienes que tomar porque es lo que toca pues no?. Ya qué cuernos quítate la ropa no más súbete o voltéate, y haz lo mismo de siempre, las mismas poses, las mismas palabras, la misma duración, sexo de memoria.

Ojo que están los que en esta situación logran mantener el level, y la verdad es que admiro mucho a aquellos que en una relación sedentaria todavía preservan el deseo sexual y la furia que involucra un buen polvo, a pesar de los años, la rutina, los hijos, las deudas, mmmm, debe haber alguien por ahí que lo logre no? ya, a ese alguien lo admiro.

Los que no lo logran siempre se refugian en la trampa (o el trampo si cabe el término, porque ellas tampoco son unas santas), no hay nada más triste que escuchar a un hombre o mujer casada al terminar con la trampa en cuestión: "Me había olvidado lo bueno que era".

Como un paréntesis resalto que muchas veces es la trampa la que logra inocular un poco de pasión a la desértica relación sexual de la pareja y hasta revive un poco la llama. Créanme que esta teoría no es nada nueva ni descabellada, a veces las trampas pueden salvar un matrimonio.

Están además los acomplejados, que se mueren de ganas pero no se entregan al placer porque el cuerpo no los ayuda, están medio gorditos o por el contrario medio decompensados en algunas zonas por no decir en todas, y les cuesta disfrutar el sexo porque les da roche su cuerpo, están más concentrados en que el mondongo o la chalona no desafinen y terminen matando la pasión de la contraparte y en vez de regodearse en sus carnes o pellejos, apagan la luz, se cubren, sumen la panza, evitan ciertas poses y el encuentro se vuelve de lo más trabado.

Finalmente entre los que se me vienen a la mente a esta hora, están los que ya me parecen inexcusables, aquel o aquella que no puede disfrutar del sexo plenamente por la simple y sencilla razón de que les falta físico o sea, se agitan, se agotan, les falta el aire y no pueden continuar, o quieren llegar al final pronto para que todo acabe de una vez porque allá arriba, no están dando la talla.

De hecho casi siempre optan por estar abajo, son recontra flojos o flojas, y dejan que la contraparte se encargue de dirigir el show y muchas de las fantasías que tienen o alucinan se quedan en eso, en fantasía, y allí abajo, cierran los ojos e imaginan que están haciendo el kamazutra completo, y con eso se excitan más y fácil la dan, pero cuando abren los ojos saben que no se movieron un ápice, que no sudaron una gota y que todo se quedó en el patético misionero, finalmente abandonan el campo de batalla sin pena ni gloria, sin haber podido ir más allá porque no les quedaba aliento, en realidad nunca lo tuvieron.

A este grupo en particular sí les digo, no se hagan eso, no se pierdan de tamaña diversión sólo porque fuman como chino en quiebra, tragan como descosidos y su vida es más sedentaria que el polvo aburrido que se meten cada tres meses.

Muchos me dirán que el sexo no lo es todo y porqué se le da tanta importancia, y que seguro quien lo hace basa su relación con el otro en un vínculo vacío que no va más allá del contacto físico, bla bla bla, ya, whatever, yo no hablo de vínculo, hablo de la capacidad de disfrutar de un apecto importante de nosotros como personas, que influye de manera importante en el estado de ánimo y en la forma cómo se afronta la vida.

Aunque no lo crean, permitirse disfrutar, permitirse gozar, no sólo con el sexo sino con todo en la vida, ayuda a que uno de destrabe, que las energías fluyan de manera más armónica, que miremos el mundo de una forma más sana, más ligera.

No dejen de disfrutar, no dejen de sentir, de regalarse y regalar placer a alguien más, tan simple como eso, quienes conocemos el sentimiento, sabemos que este placer implica no sólo la cuestión sexual, implica que estás en el mundo con una mayor apertura, libre de complejos y de represiones absurdas que entrañan sentimientos de culpa, verguenzas, temores y angustias cojudas, que nos llevan a sobrevivir a pasarla no más en vez de vivir plenamente.

Se están perdiendo la fiesta y la verdad es que está bravaza.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Sólo sensaciones


Qué rico es pasarte un tiempo sin pensar en nada, cero raciocinios, quedan de lado las típicas preguntas neuróticas que nos hacemos todo el tiempo sólo por joder, sólo por el típico deporte masoco de complicarnos la existencia porque claro: "es demasiado bueno para ser verdad", “porque tanta felicidad no puede ser buena”, “algo malo siempre puede pasar” puta madre, quién fue el enfermo?

Más enferma yo, dedicada profesional de estas lides de la autortura, con mucho cuidado de dónde piso porque la vida está llena de peligros y riesgos, "si estás feliz, no lo estés tanto como para dejar de controlar lo que pasa a tu alrededor".

Pues bien, decidí salir de vacaciones, cero rollos por ahora y estoy enteramente entregada al arte de experimentar sensaciones, sin pensamiento, casi sin lenguaje, como cuando somos neonatos y no podemos explicarnos nada, porque no tenemos palabras para hacerlo.

No hay nada de qué hablar, sólo sentir, con todos los sentidos.

Atraviesa el ambiente la música, que va cambiando a su antojo sin un plan previo, te lleva de una sensación a otra, sólo con la mirada entendemos lo que sentimos, lo que queremos, lo que anhelamos de ese instante.

Siempre hay sabores, empezamos con el vino blanco con un delicado sabor a frutas cítricas, intenso, luego viene el chocolate, derretido, caliente, el crepe y las fresas embriagadas en pisco, y el chocolate otra vez.

Sabores intensos, penetrantes, me río mucho mientras experimento con cada uno de ellos, como si tuviera un orgasmo con cada cambio de gama, el sabor me inunda, el regalo me sobrepasa, y la sensación se potencia.

Hoy sólo hay velas, todo es a media luz, qué lindo escuchar esa canción que bajaste pensando en mí para sorprenderme, y no decimos nada, sólo nos miramos y entiendo que tengo un regalo más.

El calor, el desenfreno, la calma, la locura, la risa, el llanto, las miradas, la música, el sabor, el olor, no hay palabras, está prohibido hablar, está prohibido pensar, sólo se puede sentir, sólo se comunica con el cuerpo.

En este espacio aislado del mundo, estoy siendo tratada como una reina, consentida, engreída, contemplada, inundada por sensaciones placenteras, me siento recibida con honores como si volviera de la guerra, como una heroína que merece descanso.

Hace tiempo que anhelaba el descanso, vengo de estar mucho tiempo luchando contra mis propios demonios, contra los de otros, pensando cómo será mañana, auto convenciéndome de que esta decisión es lo mejor aunque las cosas no vayan bien, "porque toda relación tiene problemas", "porque las cosas mejorarán algún día", "porque eso le pasa a todos".....

Es normal seguir en un espacio donde no eres feliz, porque eso le pasa a todos? porque es lo usual? porque es lo que dice el manual?

El miedo me detuvo durante mucho tiempo, hoy me atreví a enfrentarlo y me moví a un espacio nuevo, a ir experimentando cosas en mi vida, que parecían fuera del patrón de lo establecido y que podían estar mal, o parecer mal y que de alguna manera te convierten en un freak, en un ser fallido con "problemas serios" que rayan en la aberración.

En el fondo siempre supe que la vereda más convencional no era mi favorita, pero me costaba un poco ir contra la corriente, decepcionar, parecer rara, ser criticada, censurada, hasta humillada, por pensar diferente, por querer vivir diferente, ya me ha pasado.

Ahora estoy por mi cuenta, ya no tengo que pedirle disculpas a nadie ni dar explicaciones, voy avanzando con apertura a todo lo que viva, a lo que se presente a ver qué pasa....

Camino libre, sin culpas, sin temores, sin contemplaciones. Por ahora está bien este comienzo, cero lenguaje, cero pensamiento, qué pasará después? no me lo pregunto, no me lo respondo, sólo avanzo, me muevo, me detengo, me quedo colgada un rato, por ahora no hay plan, no hay ruta, qué rico es no pensar en nada y sólo sentir....

Bien por mí, me moví, estoy viva y lo disfruto plenamente, eso no es un pecado, es un milagro!! y esto agradecida por la bendición...

viernes, 4 de septiembre de 2009

Velas y margaritas

Han sido días difíciles, extraños, complicados. Tuve que revolucionar mi mundo de nuevo, sacudirlo todo, encontrarme nuevamente dando vueltas, dando tumbos, desubicada, desencajada, para volver a caer en el suelo y empezar otra vez desde cero.

Me llevé de encuentro todo, sin ninguna contemplación. Duele, me está doliendo mucho, pero me aguanto, me aguanto como si me tomara una medicina amarga, insoportable, porque sé que esto me está haciendo más fuerte.

Soy inmadura, lo reconozco, no tengo otra forma de acabar las cosas, siempre lo he hecho así, es la única forma que tengo de asegurarme que no habrá retorno.

Sé que ya no importa, sé que ya no hay nada que pueda hacer, el área está devastada, desolada, ya no queda nada, estoy parada en la puerta de nuestra habitación, la que solíamos habitar juntos, está vacía, ahora sí ya no queda nada, cierro la puerta por última vez, porque ahora sí sé que ni tú ni yo vamos a volver a este lugar, en el que alguna vez nos amamos tanto, en el que alguna vez nos herimos tanto y en el que nos odiamos por última vez.

Dejo aquí un capítulo importante de mi vida, y me voy con la maleta vacía, porque lo poco que tenía lo tiré por la ventana, para irme sin peso, para empezar de nuevo, sin carga.

El dolor, mi viejo y silencioso compañero que ha estado conmigo toda mi vida, está aquí nuevamente, pero diferente, ahora lo miro a los ojos, lo cojo de la mano y camino con él, entendiendo que es parte de mi vida, y que no me lastima más, ya no le tengo miedo, porque sé que no me va a destruir, después de esto, nada me va a destruir.

Gracias queridas amigas por las margaritas, por sentarse conmigo a llorar con risas, a acallar con carcajadas el llanto, gracias por acudir a las citas de siempre a escucharnos y entender que finalmente esto es la vida, y la vivimos intensamente, es maravilloso estar juntas en esto.

Gracias por las velas, las maravillosas velas que me esperaban en un lugar caliente, cálido, preparado para cobijarme, para calmar mi llanto, para sostener mi dolor, para "hacerme sentir bien" tan simple como eso, tan simple como eres, tan puro como eres.

Hoy estoy, finalmente de vuelta, y aunque haya dolido tanto vale la pena tener la certeza de que el capítulo está cerrado, ya no hay nada más que escribir en este libro. Así tenía que ser.